La nueva oficina de información turística está en Ignasi Wallis, 19. | Marcelo Sastre

Mochila al hombro y sandalias de peregrino, un señor gallego que se ha documentado a fondo sobre la isla entra en la nueva oficina de información del Consell d’Eivissa en la avenida Ignasi Wallis y pregunta cómo puede llegar al santuario púnico de Es Cuieram (en Sant Vicent de sa Cala). Lo tiene complicado, pero Lorena Sánchez, graduada en Turismo, se afana buscando combinaciones de bus desde Ibiza y se lo explica. Además, le regala folletos y un plano. El señor se va contento.

Esta ha sido una consulta de un viajero experto, que sabe quién es la diosa Tánit, pero lo habitual es que pregunten cómo se llega a una playa, cómo se accede a Dalt Vila o cuándo abrirán las discotecas, porque el cierre del ocio nocturno a consecuencia de la pandemia ha disparado las consultas de los visitantes, tanto de forma presencial como por mail o teléfono. De hecho, el 90% de las preguntas por teléfono están relacionadas con las restricciones sanitarias imperantes en las islas Pitiusas, porque los turistas también preguntan por Formentera, y en ocasiones incluso por Fuerteventura, un clásico de la empanada con la que aterrizan algunos españoles y extranjeros. Si las preguntas sobre la pandemia son más complejas, enseguida les remiten al teléfono o la web oficial infocovid.
En este final de agosto, las dos oficinas de información turística del Consell, la estrenada hace un mes en el centro de la capital y la que está en el aeropuerto, atienden una media de 200 consultas diarias. Esta temporada predominan los españoles, franceses e italianos, especialmente las parejas, pero hay muy pocos ingleses en comparación con las cifras de 2019, como apunta Joan Clapés Coll, que en septiembre comenzará el tercer curso del grado en Turismo. Preguntan por los museos, si hay exposiciones, cuándo son las fiestas locales o dónde pueden comprar ropa adlib, la indumentaria que lucen los informadores.
Las consultas son muy variadas y se nota que a los turistas más mayores, especialmente a los nacionales, les gusta entrar a la oficina a preguntar de todo y llevarse unos folletos para su colección, porque los más jóvenes recurren a internet para documentarse o para preguntar por mail. Pero no todas las consultas son similares. De vez en cuando, entra una pareja de mediana edad y ella pregunta por las playas más tranquilas, mientras que él se interesa por la localización de un célebre beach club. Salta la chispa y se ponen a discutir dentro de la oficina, que si aquí no me lleves, que si allí vas tu solo… Escenas a las que asisten a diario los informadores, embajadores de bienvenida a Ibiza que se arman de paciencia cuando les preguntan dónde está «Cala Columpio» (en alusión a Cala Xarraca, donde hay un columpio en una zona de rocas donde se hacen miles de fotos los instagramers) o cómo se llega a la «playa del beso», en referencia a un beach club de ses Salines, «la playa de las salidas» (sic) para algunos visitantes. Les han llegado a preguntar que si la entrada al Portal de ses Taules, en Dalt Vila, era una boca de metro o en qué museo se puede ver el busto de la Dama de Elche.

Es en el uso de los topónimos donde surgen buena parte de las dudas y preguntas, pero mientras un inglés despacha sus interrogantes en dos minutos (un horario concreto, por ejemplo), un español se tira un buen rato de carrete, algunos se diría que echando la mañana, intentando planificar sus vacaciones en esta oficina, «porque los españoles son muy curiosos, se enrollan más hablando y muchas veces vienen sin tener nada planificado y quieren que les ayudemos a organizar sus vacaciones, dónde ir a tomar algo cada día… Nada que ver con los ingleses», explica Joan.

Donde sale la Pantoja
Además de las consultas más rocambolescas, últimamente se prodiga en la oficina de información turística un tipo de visitante que quiere conocer un sitio exacto porque un famoso ha estado allí. Normalmente, un futbolista que han visto en una revista y que sale fotografiado durante sus vacaciones en Ibiza y Formentera. Lo más es una señora que se presentó con un recorte del Diez Minutos en el que aparecía la hija de Isabel Pantoja en una playa de Ibiza. Saber dónde estaba hecha esa foto era lo único que preguntó. Tampoco faltan las consultas surrealistas en el aeropuerto, donde son atendidos a diario un centenar de pasajeros recién desembarcados. Al igual que en la oficina del centro de Ibiza, la mayor parte de las consultas en la terminal se refieren a los horarios del transporte o dónde se encuentran determinadas playas o mercadillos, explica Fina Santos, que reparte folletos y hasta mascarillas de promoción de las islas.

La oficina ubicada en el 19 de Ignacio Wallis, que aún no es muy conocida, abre de lunes a viernes de 9 a 20 horas, y el sábado y domingo, de 9 a 15 horas, mientras que la del aeropuerto está operativa de 8 a 20 horas entre semana y de 8 a 14 los fines de semana. A la habitual pregunta de cuáles son las playas menos masificadas, Joan Clapés ofrecerá detalles sobre las calas del norte de la isla, «como la zona de Portinatx o Cala Boix, más para familias». Si la pregunta es qué visita resulta imprescindible en Ibiza, los informadores sugerirán el patrimonio de la humanidad de Dalt Vila, la necrópolis del Puig des Molins, el Museo Arqueológico o la torre de defensa de Sa Sal Rossa, en Platja d’en Bossa, enclaves sobre los que el visitante recibirá los datos necesarios. «Estamos contentos por poder trabajar en la promoción de Ibiza», afirma Joan, que pronto tendrá que adaptar su horario de trabajo a sus clases en el penúltimo curso de la Escuela de Turismo.