Según explicó a este periódico, FDG, nieta de la afectada, el comienzo de todo se remonta a diciembre de 2020. «Mi abuela cogió un vuelo para irse a su país a visitar a otro de sus hijos y estar con él durante dos meses pero cuando quiso regresar se encontró con que había caducado su certificado de residente y que la aerolínea, en este caso Air Europa, no la dejaba embarcar teniéndose que quedar en tierra».
Una situación que, según FDG, le supuso un gran trastorno. «Mi abuela vivió una situación tremenda cuando la dijeron que no podía viajar porque es muy mayor, normalmente se tiene que mover en silla de ruedas para largos trayectos y porque para llegar al aeropuerto de Buenos Aires, en la capital, había recorrido 600 kilómetros desde Mar del Plata, el lugar donde vive su hijo». Además, para añadir más complicación al asunto, Rosa tuvo que pasar dos días en el aeropuerto hasta poder encontrar un nuevo transporte que la llevara de vuelta a Mar del Plata. Por ello, la familia se puso rápidamente manos a la obra para agilizar los trámites y lograr que su abuela «obtuviese la carta de invitación que le pedía la compañía aérea para regresar a España y que se consigue a través del Ministerio del Interior».
Trabas burocráticas
Sin embargo, según explicaron a este periódico, se han encontrado con una serie de «trabas burocráticas» que de momento lo han hecho imposible. FDG explicó que acudieron a la Embajada de España en Argentina y que allí no atendieron su reclamación «por no ser española de nacimiento»; a la Embajada de Argentina en España donde «fuimos muy bien atendidos pero nos encontramos con un mar de burocracia», y finalmente a la Delegación del Gobierno en Ibiza y la oficina de Extranjería de la Policía Nacional en la isla, donde se les dijo «que no se podía gestionar la carta de invitación por ser una persona con residencia permanente en España». Incluso, en Ibiza se han puesto en contacto con dos abogados quienes les han dicho «que es una decisión de la propia compañía y que están atados de pies y manos».
Por otro lado, de forma paralela, han intentado ponerse en contacto con el consulado argentino en Palma de Mallorca y con el consulado español en Argentina. En el caso de este último «ha sido un cero a la izquierda porque debido a los aumentos de casos de coronavirus en el país sus instalaciones se encuentran cerradas, no se conceden citas presenciales y solo puedes comunicarte con ellos vía correo electrónico complicando todo muchísimo». De hecho, FDG aseguró que «es muy complicado poder hablar con ellos porque las preguntas que aparecen en la página web son muy cerradas y si no están dentro de un listado muy concreto no se obtiene respuesta».
Una situación totalmente opuesta a lo que se ha encontrado la familia de Rosa en España. «En Palma, en la Policía Nacional de Ibiza y en la Delegación del Gobierno en la isla hemos recibido un trato intachable, nos han atendido con gran empatía y humanidad, y aunque han intentado ayudarnos en todo lo que han podido ellos también se han dado de bruces con la realidad de una decisión que ha tomado la propia aerolínea al tener reservado su derecho de admisión». Algo que critica abiertamente la familia de Rosa puesto que considera «que esto es un tema totalmente arbitrario sin que esté legislado ni controlado lo suficiente, generando una gran indefensión y desamparo a los usuarios finales».
Recibió una dosis de Sputnik, una vacuna no aceptada por España
Desgraciadamente, en el transcurso de todas las gestiones apareció el coronavirus con fuerza en Argentina con la mala suerte de que Rosa contrajo la enfermedad allí.
Afortunadamente, no hubo que lamentar daños mayores, superó el virus, dispone del alta médica y una PCR negativa pero ahora se han encontrado con que la vacuna que recibió, la Sputnik, no está aceptada en España.
1 comentario
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Idò que es quedi a Argentina, amb sa seua familia. Allà no es viu malament. Què c... ha de florir aquí a Eivissa, a sa seua edat? Au, venga !