El estado de alarma, el confinamiento y la reducción de actividad debido a la pandemia del coronavirus provocaron el desplome de las emisiones, de acuerdo a los datos del informe del ingeniero ambiental José Belino, recogidos por la entidad.
Durante el año pasado, todos los registros de dióxido de azufre (SO2) se situaron en la categoría de «muy bueno», con menos de 100 microgramos por metro cúbico (100 µg/m3).
En cuanto al dióxido de nitrógeno (NO2), en la estación de Dalt Vila, más de un 98% de los registros se encontraban en un nivel «muy bueno», mientras que el 1,3% restante estuvo dentro de la clasificación de «bueno».
En Sant Antoni se apreció una mejora significativa con respecto a 2019, ya que en 2020 todos los registros se situaron en nivel «muy bueno», mientras que en el año anterior el 6% eran «buenos» y hubo 2 registros de nivel «regular», que superaron los 100 µg/m3.
Asimismo, en la estación de Can Misses, aunque más del 94% de los registros se han situado en 2020 en la categoría «muy bueno», 5 de ellos superaron los 100 µg/m3, clasificados como nivel «regular».
En la estación de Torrent, más del 99% de los registros se clasifican como «muy buenos», siendo los restantes de nivel «bueno».
En un promedio de toda la isla, desde el año 2005 no se registraban valores tan bajos de NO2, una de las emisiones responsables de la lluvia ácida, y muy tóxica para la salud y para los seres vivos, explican desde el Observatorio.
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