El portavoz, José Vicente Marí Bosó, anunció ayer que presentarán al próximo pleno este «programa de estímulos directos», denominado ‘Vila Bonos', para contribuir a la recuperación de la actividad comercial, hostelera, deportiva, cultural y turística, mediante bonos de compra y consumo.
La partida prevista saldría de los remanentes municipales, se desarrollaría de junio a septiembre, y se repartiría entre el comercio (1,1 millones euros), los establecimientos turísticos (700.000 euros), la hostelería (1,6 millones), la cultura (250.000 euros) y el deporte (350.000 euros).
Marí Bosó, que compareció acompañado del portavoz adjunto, Jacobo Varela, recordó que la actividad comercial de la ciudad «ya sufría una progresiva desaparición» antes de la pandemia y esta situación se ha «agravado en el último año». También acusó al alcalde Rafa de Ruiz y a sus socios de gobierno de tener una política «errática» que ha sido determinante para que la ciudad presente la «mayor mortalidad comercial de toda la isla».
Bosó señaló que a esta situación se han sumado «otros fiascos» como las ayudas a autónomos, a las que «muchos no pudieron acceder o ni siquiera han cobrado» o la línea de subvenciones junto con el Govern, que «no se ha puesto en marcha cuatro meses después de anunciarse». El portavoz remarcó que en estas circunstancias es «imprescindible» el estímulo del consumo interno que «coadyuve» al mantenimiento de los puestos de trabajo y actividades comerciales, turísticas y culturales.
La propuesta popular implica que en las adquisiciones por 20, 30, 40 o 60 euros en los comercios de la ciudad, el Consistorio pondría 10, 15, 20 o 30 euros, respectivamente, y se podrían acumular hasta cuatro bonos por compra.
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