Joana Frigolé.

Joana Frigolé (Girona, 10/7/1965) es una reputada conferenciante, que imparte talleres, charlas y formaciones en crecimiento personal y desarrollo profesional. Hoy a las 17 horas ofrecerá de manera virtual la charla ‘El poder de las emociones: convivir con el presente para crear el futuro3, en ella defiende que en este momento tan duro «hemos aprendido a ser resilientes y capaces de afrontar la realidad». El acto forma parte del ciclo ‘Xerrades per a famílies' que organiza el Consell de Formentera y se podrá seguir por el perfil de Facebook de la institución.

—Habla usted del ‘Poder de las emociones', ¿Estamos descubriendo este poder en este momento tan complicado de crisis sanitaria?
—Cuando pensamos en las emociones, creemos que es siempre algo negativo, que tenemos que evitar o controlar o acabará por enfermarnos. Pero lo que me gustaría transmitir hoy, es que las emociones están para ayudarnos, son energía, que nos permite generar bienestar, re equilibrarnos.
No debemos pensar que las emociones, son solo: tristeza, rabia y miedo. También la calma, la serenidad, la visión, la ilusión, la fluidez, la gratitud son emociones y sentimientos que nos permiten afrontar una situación como la que estamos viviendo ahora con equilibrio. De hecho todos hemos visto como hemos ido encontrando recursos en nuestro día a día, para superar bastante bien, toda esta situación.

—Esta es una situación sobrevenida y nos ha cogido sin preparación y a cada uno en el momento vital en el que estaba...
—Efectivamente, el Covid nos cogió por sorpresa y a partir de su llegada, todos los temas que no teníamos resueltos, se han acelerado. Para las personas que son muy controladoras, con todo previsto y muy bien planificado, esto ha supuesto un duro golpe. Cada uno ha tenido que adaptarse a su manera.
En general han habido una serie de fases, en la primera, la del confinamiento en casa, la emoción que más predominaba era el miedo, la incertidumbre, no sabíamos que iba a pasar. Según se iba alargando y nos dimos cuenta que iba a ser un proceso largo, nos empezamos a indignar y en este momento estamos empezando a salir del proceso de duelo.
En estos últimos meses, el duelo nos ha sumido en una profunda tristeza, quizá no somos plenamente conscientes, pero estamos agotados. En ese sentido la primavera nos ayudará, poder salir aunque sea con limitaciones, el sol y la naturaleza, el movimiento y la actividad, generan buenas emociones.

—¿Como aprendemos a distinguir y utilizar las distintas emociones que usted menciona?
—Solo hay cinco emociones: el miedo, la rabia, la tristeza, la alegría y el amor. Unicamente esas cinco, el resto son sentimientos derivados de estas emociones.
En la charla explicaré como respira el miedo, como se comporta esta emoción y como podemos salir de ella. Lo que debemos hacer y de hecho la mayoría así lo ha hecho en este proceso, es poner más calma y más amor en nuestra vida. Lo que más hemos echado en falta en este tiempo ha sido la alegría, la risa.
Debemos potenciar emociones positivas que nos ayudan a equilibrarnos.

—Está complicado lo de reírse en estos tiempos...
Estamos acostumbrados a que cuando nos pasa cualquier cosa, dedicamos más tiempo de la cuenta a quejarnos. Todo el tiempo que dedicas a quejarte -que es legitimo y lo tenemos que hacer- es energía que dedicas a alimentar tu tristeza, tu rabia y tu miedo. No es necesario que seamos solo proactivos, todo el tiempo, todo guay y súper, pero si que debemos darle la vuelta a esta situación, dentro de nuestras posibilidades.
No podremos tener una vida social tan activa, por tanto es momento de centrarse en actividades que nos gusten y nos hagan sentir bien. Tenemos que encontrar formulas diferentes de reunirnos, con las distancias, respetando las normas, pero es muy importante. Y sobretodo, lo que no debemos hacer cuando nos encontremos, es dedicar todo el tiempo a quejarnos de la situación.
Esta pandemia nos está haciendo valorar mucho más todo lo que teníamos. Situaciones de nuestra vida cotidiana, que pasaban desapercibidas y ahora las echamos mucho de menos. Y también nos hemos dado cuenta, de que dedicábamos mucho tiempo a hacer cosas que cuando volvamos a ser libres, no volveremos a hacer. Las crisis sirven para esto, para darnos cuenta de lo que tenemos que dejar atrás y de lo que es realmente importante para construir nuestro futuro.

—La eterna búsqueda de la felicidad...
—Estamos equivocados en nuestra forma de entender la felicidad. Pensamos que ser felices es estar siempre bien y que en nuestro entorno todo vaya bien y eso no es la felicidad. Se trata de poder convivir con una buena dosis de amor, alegría, calma y serenidad, pero aceptando también que habrá momentos de tristeza, de rabia y de miedo, porque cada una de estas emociones tienen su utilidad.
A mi me gusta más hablar de equilibrio, que de la mirada happy de la vida. La vida son ciclos y hay momentos para construir, momentos para dejar ir, para equilibrar, para buscar, y ahora estamos en un momento de crisis.
Los que tenemos más de 50 años, ya hemos vivido alguna otra crisis y sabemos que se acaban, tarde o temprano encontramos una manera de reconducir la situación, aunque ello nos genere perdidas, por descontado.