Tímida presencia de turistas en el aeropuerto de Ibiza

Durante la jornada de ayer, un grupo de taxistas se reía en el aeropuerto de Ibiza al ser preguntados por cuántos turistas han venido reclamando sus servicios procedentes de Alemania. «Se los quedan todos los de Mallorca, ¡a ver si les sobra alguno y nos lo manda!», afirmaban.

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Visitantes
Peyau y Cheaphen son de París, allí les hicieron la prueba PCR y se la repetirán antes de volver. Llegaron ayer a Ibiza para pasar cinco días de vacaciones, escapando de las duras restricciones de su ciudad. A diferencia de sus compatriotas que van a Madrid de fiesta, esta pareja de trentañeros no tienen ninguna intención de desfase, su plan consiste en pasear y disfrutar en calma de la naturaleza ibicenca que visitan por primera vez. Estarán en un piso alquilado a través de Airbnb en Portinatx. Ellos son lo más parecido al perfil de turista que se pudo ver en la mañana de ayer en el aeropuerto de es Codolar. La familia de Patrik y Emily, recién llegada de Suiza haciendo escala en Mallorca, aclaraba que no son turistas, «somos residentes» aclaraba el padre de familia, que trabaja entre Ibiza y Suiza siempre acompañado de sus hijos Rita y Otis.

Por la tarde, a las 16.22 horas, aterrizaba un avión procedente de Madrid. En el vuelo, que traía al presidente del Consell de la reunión del martes en el Senado, sí que se oían diferentes idiomas. Manuela, Mauro y Carlsten llegaron de Suiza, todos con su certificado de PCR negativa recién entregado a las autoridades. Carlsten tiene un piso donde estos cuatro suizos van a pasar una semana de tranquilidad en Ibiza. Miguel Ángel es madrileño, pero también viene de Suiza, donde vive. Tiene residencia en Ibiza y ha venido unos días a renovar su licencia, es patrón de altura de la marina mercante y necesita actualizar los cursos que le permitirán despachar barcos y poder trabajar. Por su parte, Eva vino ayer de Alemania a visitar a su hijo Michael, que vive en Ibiza.