El primer denunciante, Sergio Lleó, ayer, a su salida del Obispado tras declarar. | Marcelo Sastre

Un segundo denunciante de presuntos abusos sexuales acusó ayer al sacerdote de Ibiza a quien el Arzobispado de Valencia ha abierto una investigación por orden de la Santa Sede tras la denuncia de una primera víctima en redes sociales.

Este segundo acusador, un hombre de 37 años, explicó a Efe que sufrió abusos cuando tenía 10 años, la misma edad que el primer denunciante. De acuerdo con su testimonio, los hechos ocurrieron los años 1993 y 1994 cuando el denunciado era párroco de la iglesia de San Pablo de Ca n'Escandell, en el municipio de Vila.

En dos ocasiones el sacerdote le hizo «tocamientos íntimos», que no fueron «algo fugaz», ni «cuestión de segundos: fue un rato bastante largo; te quedas paralizado sin saber qué está pasando ni cómo reaccionar», aseguró.

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Según relató, en aquella época vivía con su familia muy cerca de la iglesia de San Pablo y sus padres se hicieron miembros del Camino Neocatecumenal. «En ocasiones mi madre me enviaba a confesarme a la casa del cura directamente; estábamos cerca y era algo que ella pensaría como normal», explicó. El denunciante contó a sus padres lo ocurrido pero, al igual que le ocurrió a la primera víctima, no le creyeron. Meses después, la madre le mandó ir a confesarse otra vez y sucedió lo mismo.Por ello, insistió a sus padres, por lo que ya no regresó al domicilio del sacerdote: «supongo que con mi insistencia, al final, me hicieron caso», dijo. Este hombre se mostró convencido de que hay más menores sujetos de abusos sexuales y les animó a que lo denuncien y «no tengan miedo porque con el miedo, esta gente gana».

Precisamente, el Arzobispado de Valencia desplazó ayer a Ibiza a dos sacerdotes (un investigador y un notario) para tomar declaración al primer denunciante. El segundo también tienen intención de dar su versión de los hechos.

En el primer caso, los abusos habrían ocurrido en 1996 cuando era monaguillo de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Ibiza. Según su versión, el cura puso su mano en su pene tres veces, si bien él rechazó tal actitud y escapó del lugar. El primer denunciante de estos presuntos abusos salió ayer «reconfortado» tras declarar ante los dos sacerdotes desplazados desde Valencia para esta investigación. «Me han inspirado confianza; me han tratado muy bien. Estoy contento, de momento. Parece que tienen ganas de investigar.

Vamos a seguir luchando; he dado más nombres de víctimas. Les he dicho muy claro que pedimos la expulsión de la Iglesia católica de Juan Manuel Souza», explicó Sergio Lleó a la salida del Obispado tras su declaración. Lleó no tiene miedo y no duda, según explicó, de que seguirán saliendo más testimonios y casos de presuntas víctimas y manifestó que «sigo con mi duda de por qué al obispo [en referencia a Vicente Juan Segura] lo mandaron a Valencia cuando empecé a publicar todo esto en mis redes sociales. Vamos a seguir luchando y dejaremos que la investigación siga», manifestó Lleó.