El panorama desértico que ofrece una zona turística como Cala de Bou a estas alturas del año es comprensible, más teniendo en cuenta que la temporada pasada fue catastrófica. Pero el que presenta el espacio que había sido el Hippy Market Gorila muestra una imagen de decadencia exagerada. En el complejo, que disponía de un espacio para vendedores de mercadillo, dos restaurantes y dos chiringuitos, que además tenía permiso para dos discotecas entre la calle dés Caló y la calle Granada, hoy se acumulan decenas de vehículos y residuos de toda clase. Coches de diferentes gamas y estados, motos de distintas cilindradas e incluso embarcaciones se acumulan en el espacio donde antaño se reunían cientos de vendedores en el mercadillo hippy. Todo bajo la mirada del gorila gigante, que permanece en pie, testigo de la degradación que hay a su alrededor.
Los vecinos
Los vecinos de a zona comentan que ya formularon denuncias desde la línea verde del Ayuntamiento de Sant Josep, y aunque desde entonces se ha limpiado un poco la zona, se quejan de que los residuos han acabado amontonados en otro espacio. No esconden su temor ante el peligro de incendio, «hay más de 100 vehículos, que tendrán combustible y residuos en su interior y cualquier día puede pasar cualquier cosa» asegura Juan Luis, vecino de la zona desde hace siete años. Le llama la atención la presencia de la oficina de Información de Turismo de Sant Josep en este espacio. «Es lamentable la imagen que se da», se queja el vecino, que también alerta de la posibilidad de la presencia de okupas en la zona, según ha podido observar.
El propietario
Pepe Ribas es el propietario del terreno. Dice no entender las quejas de los vecinos, ya que dice tener el terreno en buenas condiciones «limpiamos todo una vez cada mes y está todo limpio y arreglado», asegura el empresario que achaca las denuncias vecinales a «envidias que me tiene la gente».
Sus intenciones, según asegura Ribas a Periódico de Ibiza y Formentera pasan por construir en el terreno un Parque Hotel para el que están tramitando los permisos necesarios con el Ayuntamiento, aunque reconoce que vender el terreno también es una opción que tiene encima de la mesa.
Sobre la presencia de tal cantidad de vehículos, el empresario culpa a un antiguo empleado que se encargaba de cuidar las instalaciones. Dice Ribas que esta persona daba permiso a la gente para que dejaran su vehículo allí, y que «les cobraba a mis espaldas y tuve que despedirle. Mucha gente nunca más volvió a buscar sus vehículos». Según cuenta, ahora se encuentra ante el problema de tener que deshacerse de unos vehículos que se encuentran en su propiedad y sin saber a quién pertenecen. Acerca de las personas que viven allí, tiene pleno conocimiento, es más, dice que son empleados suyos que cuidan de la zona ante ocupaciones o robos.
El Ayuntamiento
Según el Ayuntamiento de Sant Josep, ya se ha requerido a la propiedad para que adecente el espacio como responsable de mantener el solar en las condiciones de seguridad necesarias.Requerimiento al que el propietario ha hecho caso omiso y por el cual ya se le ha abierto expediente de infracción.
Desde el Consistorio se reconoce que las notificaciones electrónicas muchas veces pueden pasar desapercibidas o ignoradas por la persona requerida quedando la incidencia por resolver.
De esta manera desde el Ayuntamiento se anuncia que pasados 30 días desde la notificación electrónica se procederá a la apertura de expediente sancionador, para así agilizar las respuestas de los responsables de estos tipos de comportamientos.
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