El departamento de Medio Ambiente ha destacado que ha sido una temporada atípica, marcada por el Covid-19, en la que las playas se han ido adaptando a una normativa cambiante en función de la evolución de la pandemia. La afluencia de usuarios ha sido sensiblemente inferior y, en consecuencia, se ha reducido el número de emergencias en comparación con otras temporadas. En concreto, este año se han registrado 587 incidencias, de las cuales 368 han sido por asistencias sanitarias, 218 por picaduras de medusas y una por rescate, además de realizar 2.230 informaciones y 1.423 acciones preventivas.
En comparación con 2019, se ha visto un descenso del número de incidencias, pero se ha aumentado el trabajo de información y prevención debido a la incidencia del Covid-19. Así, en 2019 hubo 1.393 incidencias (883 asistencias sanitarias, 506 por picaduras de medusas y 4 rescates) y 1.515 informaciones y acciones preventivas. Respecto a las incidencias calificadas como graves, se han registrado once, 16 menos que el año anterior.
También se ha realizado una gran labor conjunta y de coordinación entre el servicio de socorrismo, Policía Local, Protección Civil y la empresa de vigilancia de accesos de las playas para controlar los aforos. Sant Antoni ha sido el municipio que más llamadas ha realizado al Servicio de Emergencias (38) a lo largo de la temporada en cumplimiento con los protocolos establecidos, que tenían como objetivo anticiparse con el cierre de los accesos antes de alcanzar la afluencia máxima permitida de las playas, para así no llegar al desalojo.
Pese a la situación extraordinaria vivida esta temporada con la incidencia del coronavirus, el servicio de baño asistido se ha podido llevar a cabo utilizando los equipos de protección individual y los protocolos sanitarios establecidos. La demanda ha descendido notablemente, pero ha recibido una muy buena acogida entre los usuarios que hacen uso de este servicio.
En cuanto a los sistemas de calidad implantados, cabe destacar que este año se han renovado las certificaciones ambientales EMAS e ISO 14.001 y se ha realizado el seguimiento de la certificación conforme a la norma UNE 170.001 referente a la accesibilidad universal obtenida en las playas de Cala Salada, Cala Gració y Caló des Moro. Además, se ha obtenido el distintivo ‘Safe Tourism Certified', una marca de garantía de turismo seguro tras implantar las medidas preventivas frente al Covid-19 en todas las playas del municipio.
La temporada ha sido más corta de lo habitual, al empezar el 1 de junio, en cumplimiento de la normativa Covid-19 vigente en ese momento, pero se han mantenido los mismos horarios y personal respecto a temporadas anteriores con un total de 25 socorristas. A pesar de las circunstancias, los preparativos para la temporada siguieron su curso, siendo Sant Antoni el primer municipio en tener completamente balizadas las zonas de baño de todas las playas y en iniciar la retirada de los restos de posidonia.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.