Media mañana de ayer. Los medios aéreos del Ibanat realizan las últimas pasadas sobre el Puig d'en Botja. Entre las copas de algunos pinos todavía salen pequeñas columnas de humo. Nos marcan los últimos puntos calientes en una zona verde castigada por las llamas. Según los primeros datos del Ibanat, el incendio desatado a media tarde del miércoles se llevó por delante 5,15 hectáreas de bosque, el equivalente a algo más de cinco campos de fútbol.
A los pies del Puig d'en Botja permanecía ayer el puesto de mando avanzado desde donde se coordinaban todas las actuaciones después de una noche frenética en la que más de una veintena de efectivos terrestres trabajaron intensamente para controlar el avance de las llamas. Hasta este punto se desplazaron a primera hora del día el presidente del Consell, Vicent Marí, el conseller de Gestión Ambiental, Vicent Roig, y el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas Agustinet para conocer sobre el terreno la situación en la que se encontraba el incendio.
Virulento incendio
«Nos enfrentamos a un incendio muy peligroso por varios condicionantes y, además, en las primeras horas varias unidades tuvieron que atender el otro incendio (en paralelo al fuego en el Puig d'en Botja se tuvo que atender otro incendio en una zona próxima al antiguo Festival Club, también en Sant Josep). En Puig d'en Botja las llamas avanzaron muy rápido empujadas por el viento que en algunos momentos alcanzó los 40 km/h. A ello se sumaba la orografía y el hecho de que la noche se nos tiraba encima, relató a Periódico de Ibiza y Formentera uno de los efectivos que participó en el operativo de extinción.
La evolución en el arranque del incendio apunta a que el mismo podría ser intencionado aunque tampoco se descarta que el viento empujase las primeras pavesas. «El incendio se cogió muy rápido y vistas las condiciones era necesaria la intervenicón urgente de los medios aéreos», afirmó uno de los responsables del operativo. Un responsable del operativo añadió que el incendio se complicó debido a las dificultades para acceder a una vaguada profunda y por lo costoso que resultaba acceder a la montaña con los tendidos de mangueras.
Mientras las decenas de efectivos de los bomberos y los brigadistas del Ibanat refrescaban la zona e iban sellando los puntos calientes, agentes del Seprona de la Guardia Civil realizaban ayer una primera inspección ocular del escenario y los puntos donde pudieron desatarse las primeras llamas. El alcalde Agustinet apuntó que entre las hipótesis ganaba peso la de estar ante un incendio provocado.
Los agentes del Seprona tienen previsto regresar al escenario del siniestro que afectó principalmente a pinos y sotomonte.
Esfuerzo del dispositivo
La virulencia del incendio y el hecho de tener dos fuegos activos al mismo tiempo supuso una prieba de fuerza para los efectivos antiincendios de la isla. El Parque de Bomberos movilizó hasta cuatro dotaciones, todo el personal disponible para hacer frente junto a los brigadistas del Ibanat al segundo gran incendio de la temporada tras el registrado en verano en sa Talaia de Sant Antoni.
La rápida intervención evitó que las llamas devorasen más terreno y amenazasen a las viviendas que hay difuminadas por la zona.
El presidente del Consell expresó su «agradecimiento infinito» a todo el personal (Bomberos, Ibanat, Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil y voluntarios) que habían participado en las tareas de extinción.
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