Como actor ha trabajado en numerosas obras de teatro, cortometrajes con jóvenes cineastas de toda Europa y Estados Unidos, en la serie de televisión Pelotas de José Corbacho y Juan Cruz y en películas comok Yo soy la Juani de Bigas Luna, Sing for Darfur de Johan Kramer y Messi de Alex de la Iglesia. En 2013 interpretó su paprimer papel protagonista en Tercer Grado de Geoffrey Cowper, consiguiendo varios premios internacionales, y en 2017 decidió mudarse a la ciudad norteamericana de Los Ángeles donde consiguió un papel protagonista en el film Flores negras del director británico Martin Gooch. Ahora, su nuevo proyecto tiene que ver mucho con Ibiza. Se llama La Corriente y la rueda con su hermana Beatriz.
¿Cuál es el argumento de la película La Corriente?
—La película es un drama romántico y narra como la vida de tres treintañeros, que han sufrido tragedias personales, se entrecruzan en la Ibiza de la postpandemia, donde intentarán reencontrarse consigo mismos y salir adelante.
¿Por qué el nombre de La corriente?
—Porque estamos en una isla y el agua y las Salinas juegan un papel muy importante. Los personajes sufren tragedias personales relacionadas con el agua, deciden dejarse llevar literalmente por la corriente marina. Pero, sobre todo, es el dejarse llevar por lo que nos traiga la corriente y a donde nos lleve… Con el coronvirus todos nos hemos tenido que adaptar, ver lo que va pasando, e ir haciendo.
¿Cómo surgió la idea de rodar la película?
—Yo estaba viviendo en Estados Unidos y como allí el ritmo es muy frenético decidí volver a España para estar más cerca de mi familia y mis amigos. Aquí las cosas ya de por sí van a un ritmo más lento, pero encima con la pandemia más y me estaba volviendo un poco majara de tanto mirar al techo. Entonces, pensé que podía ser posible realizar una película y contacté con varios amigos. La idea les pareció bien y me puse a escribir algo para que los personajes aprovecharan el clima en el que vivimos y sobre todo el de Ibiza, donde la naturaleza ha revivido, para afrontar sus tragedias y ayudarse a reencontrarse. El guión es una mezcla de cosas que he vivido e historias que han pasado muy de cerca de mí, pero ficcionadas.
¿Cómo fue su proceso creativo al escribir el guión?
—Hay veces que te viene la inspiración y otras las ideas. Durante el confinamiento, mi esposa, que es educadora social, tenía un horario normal de oficina y yo intentaba trabajar mientras ella estaba fuera, acompañado de música, estudiando otros proyectos que a veces te dan ideas…
¿Su familia también le ha ayudado?
—Claro. Una vez que tuve una primera versión del guión, un poco cerrada la estructura, mi hermano mayor, Joan, empezó a ayudarme. Empezamos a hablar de los personajes, las escenas, la estructura y acabamos de perfilarlo. Luego, cuando ya estaba avanzado, mi hermana, Beatriz, que es una auténtica maravilla organizando, me ayudó en la producción, y mi esposa, Natalia, que no ha trabajado en cine, pero a la que siempre le ha gustado la moda, me ha ayudado mucho en el vestuario.
¿Cuándo conoció Ibiza por primera vez?
—La primera vez que vine a Ibiza fue en 1988, con cuatro años… somos tres hermanos, yo vine con el mediano que tenía seis, y tengo un recuerdo precioso de aquel verano. Era el campeonato de España de patín a vela y mi padre competía en Ses Salines. Luego, pasé bastante tiempo sin venir, pero en la adolescencia volví varias veces y luego con mi esposa. A Ibiza siempre le he tenido un cariño especial porque mi padre siempre nos ha inculcado su amor por la naturaleza y como se identificaba de manera natural con rincones como Ses Salines o el restaurante Pinocho. Cuando estaba fuera la gente solo me preguntaba por la fiesta de Ibiza pero yo siempre he tenido ganas de reflejar la que me mostró Ibiza mi padre y como la vivió y nos la transmitió… los atardeceres, los colores, la luz, el agua con la posidonia…
Además de usted, Alicia Lorente y Gonzalo Bouza son los actores principales ¿Por qué los eligió?
—A Alicia la conozco desde hace 15 años porque coincidimos en la Escuela Superior de Arte Dramático de Barcelona y estuvimos de Erasmus juntos en Londres. Habíamos trabajado en un proyecto pequeño hace muchos años y se que es una trabajadora brutal y con muchísimo talento. Además se ha volcado con la historia porque le encantó y me dijo sí directamente. Mientras, Gonzalo es de Madrid y yo le conocí en Los Ángeles. Enseguida nos entendimos muy bien, trabajamos en algún proyecto juntos y cuando volvió a España por la pandemia le comenté lo del proyecto y le encantó.
¿Qué nos puede decir del director de fotografía ibicenco Iván Rubio?
—Iván también tenía ese sentimiento de plasmar Ibiza de otra manera. Él está encantado mirando localizaciones, momentos de luz… al ser una producción pequeña son menos costes y también es más natural y la luz de Ibiza narrativamente va a potenciar mucho la historia.
Esta es su ópera prima, ¿Cómo cree que será su experiencia como director?
—Yo he estado casi 20 años trabajando con grandes directores. Mi primer gran proyecto lo dirigió un gran amigo mío, Geoffrey Cowper, Tercer grado, y yo era uno de los actores principales. Tuve la suerte de estar durante todo el proceso como productor y aprendí muchísimo. También he sido productor en varios proyectos en los Ángeles y dirigí otros proyectos. Siempre me ha interesado, he visto más allá y es una responsabilidad que quería tener. Creo que sin riesgo no hay gloria.
¿Qué directores le han marcado?
—Geoffrey Cowper es muy meticuloso y tiene un estilo que me gusta mucho. Cuando trabajamos juntos ya vi que tenía algo más y que no ponía la cámara porque sí. Siempre lo hacía por algún motivo. Lo mismo que cuando hacía un movimiento de cámara. De él aprendí que tienes que pensar más allá, qué sonido habrá en ese momento, la música… Cuando piensas en todo esto ya diseñas la película. Y todo eso lo aprendí de él estando en todo el proceso de preproducción, producción y postproducción.
¿Es difícil dirigirse a uno mismo?
—Cuando ruedo una escena como actor la analizo y luego a lo mejor el director la quiere llevar hacia un lado o hacia otro pero cuando eres tú tu propio director la propuesta que te haces es la que crees que funcionará.
¿Cuántas semanas necesitarán de rodaje?
—Empezamos a rodar ayer en localizaciones privadas, las cosas más sencillas… Después, seguramente la semana que viene rodaremos en Ibiza, en Dalt vila y en el puerto. Necesitaremos unas tres semanas de rodaje aunque dependemos de la meteorología puesto que estamos en otoño.
¿Cómo es su equipo técnico?
—Nuestro equipo consta de diez personas. Es un equipo básico, con un cámara, un asistente de cámara, un auxiliar que es un poco el hombre para todo... Hemos tenido que eliminar algún departamento por motivos como por el protocolo o los problemas de movilidad. Si todo va bien, dentro de un año, siendo optimistas, estrenaremos la película.
¿Qué tipos de ayudas ha recibido?
—Los ayuntamientos nos han ayudado con el tema de las tasas y los actores y el equipo trabajan de forma altruista. Las mascarillas están presentes durante toda la película, no tanto como ahora, y las ha diseñado una marca catalana. Además, como dice mi hermana Beatriz, tenemos que estar muy agradecidos a todas las empresas que nos han ayudado a cambio de visibilidad de sus productos locales en la película. Nuestra filosofía es que a mínimos recursos máximos impactos.
¿Cuáles son sus expectativas con esta película?
—La película nace de una manera humilde, pero somos gente ambiciosa y queremos que tenga un gran recorrido en festivales grandes. Quiero hacer una película para que la vea todo el mundo y lucharé para ello.
¿Qué opina de la situación actual del cine?
—Estamos en un tiempo de transición, pero las cosas volverán a cierta normalidad. La gente tiene ganas de salir, de ver cultura... hay necesidad de seguir riéndonos, emocionarnos... y de seguir yendo a los cines.
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