El Mercat Nou de Vila ofreció ayer una imagen casi inédita en sus muchos años de historia. Prácticamente todos sus puestos, salvo seis, decidieron permanecer con sus toldos bajados y no abrir en señal de protesta contra las medidas impuestas por el Govern balear para frenar el avance del coronavirus y, sobre todo, por el reparto de las calles que sufren restricciones de movilidad.
El Mercat Nou cerró casi todos sus puestos entre la comprensión y el apoyo de los vecinos de l'Eixample
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