Marcos Serra entra a la reunión del miércoles. | Daniel Espinosa

No se entiende de ninguna de las maneras que de las seis calles con mayor incidencia del coronavirus en Ibiza y Sant Antoni, tres hayan quedado excluidas, dos lo hayan sido parcialmente y solo una se haya visto afectada plenamente por la suerte de toque de queda que impera desde el viernes a las 22 horas, cuyas excepciones a las restricciones a la movilidad, la dificultad de control y la experiencia de Palma me permiten aventurarme a poner en duda su efectividad.


El Área de Salud de Ibiza y Formentera recibió el encargo de la Conselleria de Salud de realizar un cribado a la población joven, de entre 15 y 40 años, en las zonas más críticas de ambas ciudades. Esta franja es la que presenta una mayor incidencia de contagios y también de asintomáticos, circunstancias que aconsejan una acción decidida e ir a por ellos para aislarlos y romper la transmisión. Es una buena medida que, sin duda, llega tarde, ya que es la primera intervención de este tipo siete meses después de convivir con la pandemia, a pesar de haber sido ampliamente reclamada, y es insuficiente por su parcialidad, tanto en cuanto a las franjas de edad como, por el territorio limitado en el que se actúa.


Que no tiene sentido que las vías Avenida España y Pedro Francés de Ibiza y Juan Sebastián Bach y parte de General Balanzat y Vara de Rey de Sant Antoni hayan quedado fuera de las restricciones adicionales es evidente. Solo hay que mirar el mapa de las zonas afectadas para darse cuenta de que todas ellas son limítrofes con el perímetro afectado para justificarlo. Por lo tanto, habría sido extremadamente sencillo incluirlas: una ligera modificación del mapa.


La lógica es tan aplastante que la consellera de Salud, Patricia Gómez, pensaba que las calles a cuyos vecinos se iba a ofrecer una PCR voluntaria a partir del día siguiente eran las mismas que estaban a pocas horas de las nuevas restricciones. Así lo transmitió al presidente del Consell, Vicent Marí, a los alcaldes de Vila, Rafa Ruiz, y de Sant Antoni, Marcos Serra, en la reunión y en la rueda de prensa posterior, información fake que dio pie a equivocados planteamientos, como el de nuestro periódico al día siguiente, algo por lo que reitero mis disculpas a nuestros lectores, como hicimos en nuestra edición del viernes. Aunque nos fastidia, y mucho, que una fuente oficial y revista de supuesta autoridad nos haya empujado a difundir informaciones inexactas, máxime cuando no es la primera vez, esto no es lo más relevante, así que pasemos página.


Descartada, pues, la dificultad para implementar la medida que podría haberse argumentado si no hubiera una discontinuidad territorial de las calles con peores registros, ¿cuáles son, pues, las razones poderosas que han llevado a Salud a perpetrar tamaña incoherencia?


Si la decisión no inspira confianza, las respuestas tranquilizan menos y no hacen más que alimentar la pregunta de ¿en manos de quién estamos? y de si esas manos son capaces, las más capaces, de darle la vuelta a una situación dramática.


Afortunadamente, no preveo que este error garrafal cambie la evolución de la pandemia. Lo peor, y no es poco, es que absurdos de este tipo generan desconfianza en quienes la han tomado cuya credibilidad queda en entredicho, al igual que con la yenka con los turistas, por la mañana excluidos de las restricciones, por la tarde incluidos.

Las respuestas. El Área de Salud de Ibiza y Formentera se lavó las manos ante el mayúsculo absurdo que tenemos delante de nuestras narices. A nosotros nos han pedido desde la Conselleria de Salud que hiciéramos un cribado en las tres calles de cada municipio con mayor incidencia de casos y eso es lo que hemos hecho, PCR voluntarios y confinamientos parciales no tienen nada que ver y simplemente han coincidido en el tiempo.
Salud se sacó de la manga un argumento que no es tal y ante el que emerge otra la vez la pregunta de ¿en manos de quién estamos? «En conjunto, la mayor cantidad de casos se concentra en el interior del perímetro delimitado?» Ja, ja, ja. Mayor sería la cantidad de casos concentrados en el interior, si el perímetro se ampliara incluyendo las calles con más casos. A mayor conjunto, mayor número de casos.


Visto que no nos hemos tragado el argumento fake del jueves, el viernes el Govern convoca de urgencia una comparecencia virtual del director general de Prestaciones y Farmacia, Ignacio García Pineda, licenciado en Medicina y Cirugía, médico especialista en medicina familiar y comunitaria, quien cuenta, además, con un máster en Gobierno y Dirección del Sistema Sanitario y el título de Especialista Universitario en Emergencias y Catástrofes por la Fundación Universidad-Empresa de las Islas Baleares. Antes fue director de asistencia sanitaria y gerente de Atención Primaria.


García Pineda no se anduvo por las ramas. La situación de las islas es «dramática», está fuera de control, muy lejos del aquel idílico somos un destino seguro del mes de junio y no pasa nada si entran mandadas de contagiados sin control por nuestros aeropuertos, tanto que estaría justificado el confinamiento de toda la población de Baleares, medida que no se adopta por cuestiones económicas y sociales.


¿Por qué se han librado las calles con más casos, a pesar de ser perimetrales o adyacentes? le preguntó nuestro redactor Sergio García. «En algún lugar había que cortar», fue el primer argumento. «Los PCR voluntarios ayudarán a detectar asintomáticos», fue el segundo. Ambos son obvios y ciertos, pero no contestan el aspecto nuclear del dislate.


En la redes sociales, la cuenta oficial del Ayuntamiento de Ibiza se sacó de la manga otro argumento que es de traca. Según su versión, los PCR en las calles perimetrales y con mayor número de casos evitarán que el virus se extienda a otras zonas, razonamiento que desconocemos si es fruto de la prolija imaginación de quien lo ha escrito o responde al argumentario facilitado por Salud para salir del embrollo. Entonces, ¿por qué se ha incluido a Ignacio Wallis de Vila y parte de Vara de Rey y de General Balanzat, de Sant Antoni en las dos operaciones, lo que demuestra que no es incompatible hacer PCR voluntarios con un confinamiento parcial?


Si el Govern quiere tener credibilidad y, sobre todo, contar con el apoyo de la opinión pública a unas decisiones difíciles, inevitables y probablemente insuficientes, no es el mejor camino regalarnos ceremonias de la confusión como las de esta semana, ridículos del que se salvará políticamente porque el PP está a su lado, en modo condescendiente, y porque la realidad, en estos tiempos de pandemia, es más efímera que nunca y la vorágine informativa nos llevará a otro asunto en breve.


Por si fuera poco, la opacidad y la falta de transparencia a la hora de facilitar los datos tampoco ayuda a que la población respalde masivamente las decisiones.

El mosqueo de Sant Antoni. El oscuro objeto de deseo de Francina Armengol y del PSOE es el gobierno de Sant Antoni, donde Marcos Serra gobierna con Ciudadanos y con Joan Torres, de Proposta per Eivissa, quien tiene la llave del gobierno. Cires logró la Alcaldía por primera vez para el PSOE en 2015, aupado por el tsunami provocado por Bauzá y, salvo para adjudicar las tres contratas más importantes de un ayuntamiento (agua, basuras y alumbrado), de poco más le sirvió, ya que los socialistas no lograron retener un alcaldía históricamente del PP, como sí logró Agustinet con Sant Josep.


Esta realidad hace que todos los movimientos puedan ser analizados en clave ofensiva del PSOE para derrocar a Marcos Serra. El decreto de excesos fue uno de ellos. El cierre del West End, otro. Excluir al municipio de los fondos de Thomas Cook y de la ecotasa para favorecer a Vila y Sant Josep son otros antecedentes de la doble vara de medir socialista.
¿Por qué Sant Antoni tiene restricciones y Sant Josep con mayor incidencia de casos no? se preguntan en el PP de Sant Antoni. Porque Sant Josep está diseminado contesta el Govern. ¿Y dónde se concentran los casos de Sant Josep? ¿En Sant Jordi, en su parte de Playa den Bossa, en Cala de Bou? Sin datos.


Si excluimos la treintena de casos de la residencia de Sa Serra de las estadísticas, ya que todos ellos están localizados y aislados o ingresados, ¿cuál es el mapa de la situación? Sin datos.


¿Por qué el Govern no facilita todos los datos que tiene, que los tiene, al Ayuntamiento para convencerle de que el confinamiento no es político y de que se trata de una hipótesis descabellada? Sin respuesta.


¿Justifica el confinamiento que Sant Antoni haya registrado 37 casos en todo el municipio entre el día 11 y el día 18, el único dato que ha facilitado el Govern al Ayuntamiento, es decir un 12% de los casos registrados en las Pitiusas cuando concentra más del 15% de la población y con una clara tendencia decrecente? ¿Hay otras zonas de Vila con más casos que la zona de Sant Antoni confinada?


Marcos Serra lleva días pidiendo explicaciones y no ha sido capaz de saber cuántos casos activos hay en la zona de su municipio que ha sido confinada.


Sin datos o solo con estos datos, no se puede concluir una cosa ni la contraria y la respuesta pasa por confiar en la decisión de quienes toman decisiones tan discrecionales y absurdas como las relatadas en este mismo artículo, algo que, obviamente, no ayuda a descartar que el Govern esté confinando a Sant Antoni para evitar estigmatizar en exclusiva al municipio a Rafa Ruiz porque en España casos de operaciones políticas tenemos de todos los colores.

Los test de antígenos de Madrid. La Comunidad de Madrid ha anunciado que un millón de madrileños serán objeto de un cribado masivo a través de los kits de test de antígenos que ha comprado a Abbott y que también han ido adquiriendo varias comunidades, como la nuestra, pero que todavía no han sido incorporadas a la estrategia de combate al coronavirus. Fueron anunciados por la compañía el pasado 7 de septiembre, por lo que se trata de un avance reciente. Si, como es deseable, funcionan tal como ha dicho el laboratorio, una fiabilidad asimilable a un PCR y resultados en 15 minutos sin necesidad de laboratorio, supondrán un antes y un después y permitirán empezar a pensar en el futuro.