Cientos de personas protestan en la plaza de sa Graduada contra las medidas de contención del coronavirus. | Daniel Espinosa

«Hay que saber diferenciar dos cosas. Por un lado, está el derecho a manifestarse que tenemos todos. Por otro, la obligación de cumplir con las normativas para preservar la salud. Y las dos cosas son compatibles». Así resumió el director insular de la Administración General del Estado, Enrique Sánchez, la manifestación que tuvo lugar ayer en la calles de Ibiza y que reunió a entre 250 y 300 personas, según cifras de delegación de Gobierno, o cerca de 500, según los organizadores.

Como cada viernes desde hace varios meses se convocó una protesta de una hora en la plaza de sa Graduada. Habitualmente estas reuniones cuentan con una afluencia de entre 10 y 50 personas, pero ayer la situación se desbordó. Las últimas medidas del Govern y el miedo a un nuevo confinamiento llevó a la calle a muchas más personas de las previstas.

La plaza de Sa Graduada se quedaba pequeña para tanta gente y los organizadores decidieron trasladarse a Vara de Rey, incumpliendo así con lo acordado, algo que los propios organizadores reconocieron como un error.

Las personas allí reunidas dieron un giro a las protestas habituales y se convirtió en toda una manifestación negacionista. Los gritos de «libertad, libertad, libertad» se alternaban con los de «Armengol dimisión». También hubo quien cantó: «No a las mascarillas».

Muchos no las llevaban, pero otras de las personas sí que respetaron esta medida. La distancia de seguridad sí que brillaba por su ausencia. Solo en los primeros minutos de la protesta se respetó. El uso de mascarillas también reflejaba que ayer no solo había negacionistas, también muchos que ven como su economía sufre y protestaban contra el Govern. Algún cartel reflejaba este sentir: «Comercios asfixiados».

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De Vara de Rey la manifestación se puso camino al Consell d'Eivissa, donde se cortó durante unos minutos la avenida España. Los cánticos se repitieron y se añadieron algunos como «manipulación» o «no a la dictadura». Tras unos minutos, regresó a Vara de Rey donde se dio por finalizada la manifestación. Fue entonces cuando se vivieron los momentos más tensos ya que la Policía Nacional retuvo a algunas personas dentro de una tienda y les pidió que se identificaran. Finalmente, reinó la paz y gracias a la mediación de uno de los organizadores no hubo ningún altercado. De hecho, los organizadores quisieron destacar el «trabajo honorable de la Policía», asegurando que salvo «un par de cosas, los agentes se portaron de manera espectacular».

Denuncias
Aunque la protesta tuvo un carácter pacífico, Enrique Sánchez señaló que eso no es ningún atenuante «a la tremenda gravedad de no respetar las medidas de seguridad sanitaria. Han puesto en peligro su salud y la de las personas que les rodean en unos momentos tan preocupantes como son estos en los que vivimos en plena pandemia».

Sánchez, quien mostró su decepción con los organizadores, ya que «nunca había habido ningún tipo de incidente» y ayer «incumplieron todo lo que habían anunciado con una gran irresponsabilidad al no respetar las medidas sociosanitarias para contener la COVID-19».

Delegación de Gobierno informó de que se habían identificado a una quincena de personas y que se habían levantado ocho actas por desobediencia que serán propuestas para sanción y cada persona denunciada podría enfrentarse a una multa de 2.000 euros por desobediencia a la autoridad al no atender al requerimiento de los agentes de ponerse la mascarilla.

Los organizadores negaron que se hayan producido estas denuncias, mientras que el director insular de la Administración General del Estado señaló que las denuncias llegarán y que «se tramitarán con toda la dureza que permita la ley porque han cometido algo muy grave poniendo en peligro a tanta gente». Además, Sánchez, quien reconoció que se habían visto sorprendidos por la gran afluencia, anunció que en las próximas concentraciones se extremarán las condiciones para garantizar la seguridad.