Puntuales, a las 17.00 horas como había anunciado la Casa Real, llegaron los coches oficiales al museo, donde les esperaba la alcaldesa accidental, Elena López con personas de protocolo. A gritos de «¡Viva el Rey!» y «¡Viva la Reina!» les recibieron un par de centenares de personas que se habían congregado en la zona tras el cordón policial. Los Reyes saludaron antes de acceder a las escaleras de entrada del museo a la concurrencia, gesto que fue agradecido con un aplauso.
También hubo algún grito contrario a la monarquía, pero fue algo aislado frente a una mayoría que exhibía banderas de España y soportaba el intenso calor de la tarde para mostrar su apoyo a los reyes. Algunos, incluso, recurrieron a lugares que entrañaban cierto riesgo, como el alfeizar de alguna ventana, para poder ver bien el evento. En general, todos los vecinos de los edicios con ventanas y balcones orientados hacia el museo se asomaron a curiosear.
Dentro del museo arqueológico, las autoridades iniciaron la visita echando un vistazo a la maqueta interactiva del acceso principal, en la que se explican las distintas etapas de enterramientos en la Necrópolis del Puig des Molins, desde el siglo VI a.C. hasta el siglo VI d.C. A continuación, los Reyes salieron al recinto de la necrópolis fenicio-púnica, el conjunto funerario mejor conservado del Mediterráneo occidental.
La arqueóloga y conservadora María Bofill Martínez fue la encargada de guiar el recorrido. Primero se acercaron a ver algunos de los hipogeos excavados en la roca que hay tras el edificio del museo para, después, descender al enterramiento habilitado para visitas en el que pudieron contemplar los sarcófagos de piedra.
Posteriormente, accedieron otra vez al museo para visitar la exposición permanente dividida en cinco salas. En la primera pudieron contemplar los restos fenicios de mediados del siglo VII y del siglo VI a. de C. Una época en la que en el ritual funerario se basaba en la purificación de los cuerpos a través del fuego y se incluían en el enterramiento joyas sencillas y elementos cerámicos que se utilizaban durante los rituales funerarios.
A continuación visitaron las salas 2 y 3, en las que se pueden observar los objetos del período púnico, que conforma la mayor parte de los elementos encontrados durante las diferentes excavaciones arqueológicas realizadas, entre ellos las figuras de cerámica de la diosa Tanit, quizás los elementos más reconocibles de una colección admirada por arqueólogos de toda Europa.
Finalmente, en la sala 4 pudieron conocer los rituales funerarios romanos, de los que se han encontrado restos arqueológicos que van desde el año 25 a.C. hasta el 600 d.C.
Tras concluir la visita, antes de las 18.00, los reyes recibieron los obsequios de parte del Ayuntamiento de Eivissa y del MAEF y se dirigieron a Sant Antoni, donde les esperaban varios miles de personas.
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