José Ignacio Ricarte durante su discurso. | Daniel Espinosa

Con mascarillas y todo, la entrega ayer de la Medalla de Oro fue un evento cómodo, casi agradable. Ya no por la maravillosa brisa que corría en el baluarte de Santa Llucia, acostumbrados a que este evento se celebrara en una noche de bochorno en la que las crónicas destacaban el agitar de abanicos que ayer no asomaron, sino porque el evento recordaba momentos malos en los que afortunadamente en la isla contamos con profesionales muy entregados.

«He visto hacer cosas que no salen en nuestro contrato, he visto a auxiliares de enfermería cantar para animar a los enfermos, salir a comprar un Aquarius porque a un enfermo era lo único que le apetecía», atacar naves en llamas más allá de Orión, le faltó decir a José Ignacio Ricarte.

Es posible que si hubiera hecho falta viajar hasta Orión para salvar a un paciente, algún sanitario se lo hubiera planteado a la NASA.

Antes de que se iniciara el evento se proyectó en la pantalla del escenario ‘Los abrazos perdidos' de Vetusta Morla. Una canción en la que intervinieron un nutrido grupo de artistas de manera solidaria para homenajear a los sanitarios y recaudar fondos para la investigación de la Covid-19. El videoclip salió en mayo. Todavía estábamos en pleno confinamiento con un horizonte incierto.

Han pasado meses y parece que a muchos se les ha olvidado lo que sufrimos. Quizás no aquí en Ibiza, donde el trabajo del Área de Salud y el hecho de estar en una isla permitió tener unos números de fallecidos y contagios muy por debajo de la media nacional, pero sí en algunas ciudades, en las que los féretros se acumulaban en pistas de hielo.

Los sanitarios se enfrentaron a lo desconocido. Cambiaban los protocolos de un día para otro y los profesionales de la sanidad «tiraban hacia delante sin saber lo que tenían delante, pero sabiendo quién estaba a su lado y quién detrás». Ricarte hablaba también de sí mismo. Por eso dijo estar dispuesto a poner un anuncio en prensa: «Cambio medalla de oro por responsabilidad».

Por la responsabilidad de la ciudadanía de ponerse la mascarilla, de cumplir con las distancias de seguridad, de ayudar a que sigamos hacia delante y no se repita lo que ya dejamos atrás.