La ministra de turismo estuvo acompañada durante toda la visita del alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, y Vicent Marí, el presidente del Consell. | Daniel Espinosa

Acciona ha conseguido el permiso para disponer las grúas pertinentes en las obras del parador de Ibiza. Así lo confirmó ayer la ministra Reyes Maroto en su visita a las obras del nuevo recinto hostelero en Dalt Vila después del parón de la tramitación de los permisos pertinentes, causado por la COVID-19. «Una vez con la autorización, conseguiremos que las obras sigan su ritmo», detalló. Y es que el empleo de grúas estaba suspendido debido a la proximidad de la zona con el circuito de muchos aviones, cosa que podría haber retrasado la finalización de la obra.

Fin de proyecto
Así pues, el Consell, Turespaña, el Ayuntamiento y el equipo de arquitectos e ingenieros y la constructora Acciona reman hacia la misma dirección para cumplir los plazos a tiempo y es que, desde el Ajuntament d'Eivissa, esperan que el último trimestre del año 2022, la empresa que lleva a cabo la construcción del primer parador de Baleares, finalice las obras. «Se trata de un proyecto de difícil administrativa pero que tendrá mucho valor patrimonial para los ibicencos», destacó el alcalde Rafa Ruiz.

En este sentido, añadió que Dalt Vila se convertirá, a raíz de su inauguración, en un enclave mucho más accesible para cualquier público, ya sean ibicencos o turistas. Tampoco quiso olvidar a la anterior secretaria de estado, Bel Oliver, con quien se «mantuvo un diálogo muy activo».

Respecto a las críticas de algunos usuarios en redes sociales acerca de la degradación visual de la montaña de es Soto, Ruiz explicó que «todos los permisos están en regla», aunque admitió que «el impacto visual, a priori, es muy grande aunque el resultado sea positivo».

El proyecto de Turespaña es un proyecto que se espera con muchas ganas en la ciudad amurallada, y es que la apertura durante todo el año de este hospedaje turístico supondría un tremendo impulso para Dalt Vila y una revitalización de un turismo que, durante el invierno, es muy escaso. «Hemos recuperado un castillo histórico, aunque se trata de un proyecto que devuelva a los ibicencos su tradición» apuntó Maroto. La ministra calificó el proyecto de «obra maestra» y explicó que, mediante este, se trata de impulsar un turismo que se interese por la calidad arquitectónica de Ibiza y reivindicó ese papel «patrimonial y cultural» de la isla, dinamizando el turismo y «redescubrir la existencia de esa Ibiza diurna que muchas veces ignoramos».

Por otra parte, garantizó la continuidad de la obra a pesar de la situación excepcional que se está viviendo estos meses en España y reiteró el «trabajo constante» que se ha llevado a cabo desde el Gobierno central desde el momento en el que Reino Unido impuso la cuarentena a España, tanto con el embajador como con el gobierno británico. «Reivindicamos Baleares y Canarias como destinos seguros y así se lo hemos trasmitido».

Turismo diferente
El presidente del Consell, en la misma línea que la ministra, destacó y reivindicó la visión de una Ibiza diferente a la que se conoce, que goza de una cultura y un patrimonio, una historia que hay que poner en valor. «Proteger la historia que tenemos es una labor común de todas las instituciones».

Este proyecto concluye una iniciativa que empezó cuando se declaró Dalt Vila como Patrimonio de la Humanidad, aunque no fue hasta 2009 cuando, con la llegada del PSOE al Gobierno, se empezaron las obras, aunque con muchas «trabas administrativas de por medio»

El futuro parador poseerá 72 habitaciones, un centro de interpretación, piscinas, una sala multifuncional y un aparcamiento subterráneo en la zona comprendida entre Sant Bernat y Sant Jordi. La inversión total estimada ronda los 27 millones de euros.