Hoteleros de ses Figueretes critican a Vila por la falta de mantenimiento de la playa

Empresarios de la zona afirman que la playa no está balizada y tiene posidonia que huele mal

Imagen de la playa de ses Figueretes, ayer, con posidonia en la orilla. | Arguiñe Escandón

María José RealIbiza26/06/20 4:01

Las críticas al Ayuntamiento de Eivissa por la gestión de la posidonia muerta en las playas de la ciudad se extienden al barrio de ses Figueretes. Un conocido empresario de la zona que da empleo a 400 personas y que este año tiene previsto abrir únicamente el 25% de sus hoteles se puso ayer en contacto con este rotativo para denunciar que la playa a finales de junio sigue aún sin balizar, además de que la posidonia muerta está presente también la arena, lo que genera «malos olores y mala imagen de la zona». «La playa es casi lo único bueno que tiene el barrio; una playa con posidonia muerta en la arena no seduce ni a turistas ni a residentes», explicó este empresario, que se suma así a las críticas de empresarios y vecinos de Talamanca y Platja d'en Bossa a Vila por la gestión de las playas en relación a la retirada de la posidonia.

«El Ayuntamiento mismo ha reconocido que en los últimos años se ha producido un incremento en la llegada de posidonia muerta a las playas. A partir de aquí hay que buscar una manera sostenible y eficaz de gestionarla y lo que está haciendo ahora el Ayuntamiento de Eivissa no lo es. Este verano solo tenemos la llamada de las playas y tenemos que concienciarnos de que hay que mantenerlas limpias», expresó este empresario, quien recordó que tanto los empresarios de esta zona como los de Talamanca y la parte de Vila de Platja d'en Bossa han insistido en numerosas ocasiones, incluso por escrito, en que se mejorara la gestión de la posidonia en las playas del municipio. Tampoco se ha «despejado la incógnita» de las concesiones de playa (hamacas) para la playa de esta zona de Ibiza, según explicó este empresario. Ses Figueretes, además, tiene un problema con las «infraviviendas» en locales comerciales, algo a lo que Vila «aún no ha puesto remedio».