Rueda de prensa para dar a conocer los datos de Cáritas Ibiza. | Daniel Espinosa

Cáritas de Ibiza ha repartido hasta el mes de mayo entre las familias necesitadas de la isla más de 100 toneladas de alimentos, la misma cantidad que repartió en todo el año pasado. La entidad sociocaritativa de la Iglesia Católica, presentó ayer, día del Corpus Christi, su memoria anual de 2019 que «ahora nos parece tan lejano debido a la situación actual», apuntó el coordinador de la entidad, Gustavo Gómez.

El informe anual revela que el año pasado creció en un 4% el número de personas que atendieron en sus distintos servicios de acogida, comedor social y programas sociales. Un total de 1.953 personas acudieron a Cáritas a solicitar ayuda. Una cifra que contrasta con la de este año, en el que ya se han alcanzado las 1.339 personas atendidas,, lo que supone un aumento del 50% en usuarios debido a la situación excepcional. Del total de personas que han acudido este año, 624 no habían requerido nunca asistencia de Cáritas.

Este alud de solicitudes de ayuda ha supuesto un gran trabajo logístico para la entidad, que no pudo contar con muchos de sus voluntarios por el estado de alarma. «Diariamente tenemos a unas 60 personas que vienen a recoger lotes de alimentos, está siendo un periodo complejo. Además tenemos entre 40 y 50 personas diarias que llaman interesados en la entrega de alimentos debido a situaciones en las que deben pensar si dedican sus escasos ingresos a pagar el alquiler o a comer», explicó. Unos números detrás de los Gómez recordó que hay familias e historias complejas.

Además, desde Cáritas se dan ayudas económicas para alquiler o pago de suministros. También se está ofreciendo asesoría jurídica por temas de ERTE o alquiler y asistencia psicológica.

«Esto nos da una idea de la magnitud del problema. Para las familias que nunca habían estado en esta situación supone un gran estrés. Ellos mismos nos cuentan la vergüenza que les supone dado que nunca han tenido que hacer algo así», explicó Gómez, por lo que también se da una labor de acogimiento para ayudarles a abordar toda la problemática asociada a la crisis sanitaria.

Invierno complicado

La entidad espera «un invierno complicado», debido a la falta de empleo y a que muchos trabajadores no cotizarán suficiente este año como para recibir una prestación. Muchas personas en situaciones económicas complicadas se están planteando abandonar la isla debido al precio de los alquileres y la falta de ingresos. «Hemos tenido que ayudar a alguna gente a pagar el billete para volver a su ciudad de origen», explicó Gómez.

Respecto al informe del año pasado, Gómez quiso destacar cuatro aspectos. En primer lugar la creación de un espacio para mujeres en el centro de día, dado el incremento del 10% que se había producido en un servicio que atendía fundamentalmente a hombres. En segundo lugar la puesta en marcha de un servicio de búsqueda de empleo, muy focalizado en personas con problemáticas sociales. En tercer lugar los programas de sensibilización social, que el año pasado realizaron una tarea más intensa en centros educativos «para tener futuros adultos sensibilizados y empáticos con la realidad de las Pitiusas».

Por otra parte, desde Cáritas aplaudieron la puesta en marcha del ingreso mínimo vital por parte del Estado, una reclamación de la entidad desde hace 20 años, según recordó el coordinador en Ibiza. «Pensamos que va a equiparar muchas cosas, pero es una medida que deberá encuadrarse en una estrategia con más recorrido en temas de empleo», apuntó Gómez, que criticó los discursos políticos que consideran esta medida como una «paguita». «A ver quien quiere o puede vivir con 500 o 600 euros o mantener a toda su familia con 1.100 euros para pagar el alquiler y comprar comida», valoró.

EL APUNTE

Necesidad de voluntarios y socios ante la crisis

La entidad resaltó la necesidad de voluntariado que tienen actualmente. Durante la pandemia se ha tenido que hacer cargo de todos los servicios el equipo técnico de Cáritas, dado que al 90% de los voluntarios se les solicitó que no acudiera a colaborar por ser personas mayores que se encuentran en los perfiles de riesgo por la Covid-19. Durante la pandemia se han incorporado además dos técnicos para cubrir las necesidades sobrevenidas de gestión y atención

Por otra parte el delegado episcopal de Cáritas, Miguel Ángel Sánchez, quiso agradecer la colaboración de la sociedad ibicenca, que este año ya ha entregado donativos por valor de 84.000 euros. «Sin la colaboración de la gente esto sería imposible», valoró, motivo por el que animó a que esta colaboración no se diluya. El presidente de Cáritas Ibiza, Joan Marí, planteó la necesidad de incorporar socios a la entidad para mantener su estabilidad económica e independencia.