Menos lucida que otros años, con medidas de prevención máximas, distancias de seguridad y aforo limitado, pero a pesar de todo Puig d'en Valls celebró ayer su tradicional misa por el Día Grande de la Parroquia, acto que se celebra anualmente el tercer domingo de mayo.
Los efectos del coronavirus y las medidas de restricción impuestas hicieron imposible la celebración de la procesión, el desfile de carros y la tradicional ballada pagesa, pero sí fue posible la celebración del oficio religioso por parte de Vicente Ribas Prats, administrador diocesano de Ibiza y Formentera y párroco de Santa Eulària.
El presidente del Consell, Vicent Marí, y la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, asistieron a una celebración a la que otras instituciones y grupos políticos excusaron su presencia, atendiendo a las medidas de limitación de aforo.
El aforo permitido se redujo a un tercio, hasta unas 60 personas, sentadas de forma alterna en los extremos y en el centro de los bancos, y con la obligación de llevar mascarillas y guantes. No faltó al inicio la entrada de un sonador y un castanyoler. Y los que no acudieron a la iglesia pudieron seguir la misa a través de la retransmisión de la Televisió d'Eivissa i Formentera (TEF).
Otros actos
El programa de actos continuó a través de las redes sociales y de la página de las fiestas patronales de Puig d'en Valls (www.festespuigdenvalls.com). Desde esta plataforma los vecinos pudieron seguir el recital de poesia que organizó la Asociación de Vecinos Els Molins.
Ya por la tarde, el programa tenía previsto que Milagros Pierna contase el cuento ‘Teatrito rojo de la abuela Mila', antes del taller de magia y de un vídeo sobre una exposición de flores y jardines. Posteriormente, a las 20.45 horas, el humorista José Boto hizo su espectáculo ‘Atrapado con humor' y Eusebio Guasch era el encargado de cerrar la noche con una actuación musical.
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