Cuando surgió la pandemia mucha gente se puso a hacer mascarillas y Estela decidió hacerlas con estampados alegres y coloridos. «Se las enseñé a mis compañeros y fue un exitazo», recuerda.
Para desdramatizar, a Estela se le ocurrió confeccionarlas para sus compañeros del servicio de Pediatría y Salud Bucodental, «para dar un poco de vidilla y colorido a lo que estamos viviendo».
Los servicios de Pediatría y Salud Bucondental atienden a los niños que acuden a los centros para ser atendidos.
«Empezaron a llamarme»
Los profesionales llevan una mascarilla quirúrgica y encima se ponen las confeccionadas por Estela, que no están homologadas. Primero hizo una veintena para el equipo de Pediatría y de Salud Bucodental del centro de salud de Vila. «Las publicamos en las redes sociales y empezaron a llamarme para pedirme mascarillas, como tenía material empecé a hacer para todos», explica. En estas dos últimas semanas ha confeccionado 65 protectores para sus compañeros, ahora está acabando las del personal de Sant Josep y de Formentera.
Al estar realizadas por doble tela, Estela Terrer asegura que «viendo cómo está la situación pueden ser útiles para la población en general».
De hecho, en el centro de salud han probado con spray y no filtra al exterior. «Podían servir», precisa.
Todos sus compañeros de los centros de salud que atienden a la población infantil van ataviados con estas mascarillas. «Todas las telas son diferentes en cada centro de salud, no se duplican», apunta Estela.
A los niños «les encanta ver las mascarillas», relata. «Esto no son circunstancias habituales y se lleva con más tranquilidad», dice Estela Terrer, ataviada con una mascarilla con un estampado de búhos.
«Una compañera lleva una con perritos y a los niños les encanta», apunta. Estela se ha confeccionado incluso un gorro de tela con calaveras. Cuando acaba su jornada de trabajo en el centro de salud de Vila y llega a su casa, se pone a coser «hasta las tantas».
Estela recuerda que la mascarilla es una medida complementaria para la población, que primero hay que insistir en la higiene de manos y la distancia.
En el caso de utilizar este protector, asegura que «hay que lavarla con agua y jabón y con una temperatura mínima de 40 grados».
Sus pacientes del centro de salud le han hecho ya pedidos, «pero no doy para más, tengo una cola enorme de encargos», concluye.
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