Somos ocho mujeres: dos holandesas, una alemana y cinco españolas (oriundas de Madrid, de Ibiza, de Segovia y de Aranda de Duero), quienes le hemos puesto nombre a una salida: Ibiza Contigo.
Al principio éramos dos equipos que buscábamos lo mismo: recaudar fondos con los que comprar material sanitario para que los profesionales de nuestra isla pudieran seguir salvando vidas sin poner la suya en riesgo. En cuanto nos conocimos decidimos unirnos para sumar fuerzas.
La manera en la que me he visto involucrada en esta historia es curiosa. Mi entrenadora personal (sí, esa a la que hace meses que no visitaba), me preguntó el pasado lunes cómo podía difundir la iniciativa que habían puesto en marcha con una alumna suya para recabar dinero que destinar a Can Misses. Le dije que podía compartir en mis redes su campaña y darle voz en distintos medios. También le hice llegar los teléfonos de los responsables de los sindicatos del hospital para que estos les indicaran qué era lo más prioritario, cómo comprarlo y de qué forma donarlo. Desde esa primera llamada hasta la de hoy hemos conseguido recoger 1.700 euros.
En otro lado de la isla, cuatro amigas de distintas nacionales y profesiones, emprendieron una gesta similar con la que ya han logrado reunir la friolera de 40.000 euros, que han servido para comprar este fin de semana 5.000 mascarillas y 100 trajes homologados a una empresa de Barcelona que ya están de camino a Ibiza.
Después de una reunión virtual este fin de semana hemos fusionado sendas iniciativas ciudadanas y las hemos convertido en una: Ibiza Contigo. Mi aportación ha sido ponerle nombre y diseñar una campaña de difusión con mi agencia, Imam Comunicación, y la de mis compañeros de batallas, Dándole Vueltas, porque las gestas épicas son las que se cuentan y nosotras hemos decidido aportar nuestra fuerza para difundirla.
Ellas no quieren que dé sus nombres, ni aspiran a lograr ningún protagonismo, solamente me piden que les transmita la certeza de que esta campaña está avalada por un notario, Javier Cuevas, que es quien ha abierto una cuenta depositaria donde se pueden hacer las donaciones y desde la que se certifica la compra de material.
Con una sonrisa y con el teléfono echando humo, porque la llaman varios proveedores de distintos países mientras hablamos, una de ellas me cuenta que vive sola en su casa y que desde su ventana ve cada día a los profesionales de Can Misses darlo todo. «Estoy acostumbrada a trabajar muchas horas y no sabía ni quería quedarme de brazos cruzados», confiesa.
Yo les hago un símil castizo y me describen lo complejo que es comprar el material y encontrar empresas que las provean. Todas tenemos claro que estamos en una isla y que necesitamos que lo que recaudemos sea para nuestros médicos: “para los de aquí”. No podemos permitir que sigan contagiándose y es nuestro deber ayudarles para que puedan seguir haciendo su trabajo. Me gusta porque aquí no hablan la política ni la demagogia, sino las personas. Todas tenemos muy claro que estamos ante una situación excepcional y que si los gobiernos no pueden llegar a algunas partes, debemos apoyarles en vez de anclarnos en la crítica. Queremos ayudar en positivo pero, tampoco les voy a engañar, queremos esperanza, hacer algo, mejorar esta sociedad y demostrar que la adversidad puede convertirnos en mejores personas, menos individualistas y más solidarias. En esencia, queremos ir en la dirección correcta.
Si hay algo de lo que podemos estar orgullosos en Ibiza es de que somos una sociedad plural y muy generosa y hoy, más que nunca, ‘Ibiza Contigo'.
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