Un cliente con mascarilla y guantes realiza la compra en un supermercado de Ibiza. | Marcelo Sastre

«Es importante quedarse en casa y no salir si no es imprescindible». Es la recomendación que hizo ayer la presidenta del Govern, Francina Armengol, a todos los ciudadanos de las Islas para hacer frente a la expansión del coronavirus. Un consejo que compartieron tanto la presidenta del Consell, Catalina Cladera, como el alcalde de Palma, José Hila. Es el aviso que acompaña a las medidas de contención que se han tomado desde todas las administraciones y que implica, de facto, el blindaje de las Islas.

Además de las ya anunciadas el miércoles y el jueves, el Govern aprobó ayer el cierre, durante quince días a partir de hoy, de gimnasios, discotecas, bares musicales, salas de fiesta, cafés concierto, salas de baile, bingos, casinos, salas de juego y locales de apuestas. En cuanto a bares, restaurantes, cafeterías, cines y teatros están obligados a reducir su aforo un tercio, hasta un máximo de 300 personas. Asimismo, estos establecimientos deberán respetar las distancias de prudencia entre clientes en su interior. Muchos ya están notificando su cierre temporal como medida de precaución.

Responsabilidad

Armengol insistió, de nuevo, en la importancia de contener al máximo la expansión del virus y apeló a la responsabilidad individual de los ciudadanos. Reconoció que se trata de «medidas drásticas» y llamó a la «unidad de acción en beneficio de todos».

El Consell de Mallorca también anunció el cierre o restricciones de acceso en los espacios públicos de su competencia. Permanecen cerradas las Llars Socioculturals para personas mayores y, a partir del lunes, cerrarán los centros de día, tanto para mayores como para personas con discapacidad. Sin embargo, el IMAS (que reforzará la contratación de personal) y las entidades del Tercer Sector garantizan el seguimiento de todos los usuarios, telefónica o presencialmente.

La red pública de refugios del Consell (Muleta, Son Amer, Tossals Verds, Coma den Vidal, Pont Romà y Can Boi) cerrarán a partir de hoy y no volverán a abrir hasta dentro de quince días como mínimo. También se cerrarán los hipódromos de Manacor y Son Pardo y las instalaciones deportivas de Sant Ferran, además de los centros públicos de promoción cultural de su competencia. El servicio de bomberos, así como el de ITV o la gestión de residuos, quedan garantizados.

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El alcalde de Palma, José Hila, anunció nuevas restricciones como el cierre de todos los parques y jardines, polideportivos y pistas deportivas gestionadas por Cort durante dos semanas a partir de hoy. En los parques sin cerramiento, como el Parc de la Mar, no se podrá acceder a los espacios infantiles.

Las oficinas de atención ciudadana suprimen la atención presencial (se mantienen las gestión telemática, vía mail o por teléfono) y solo las de Cort, Avingudes y s'Escorxador permanecerán abiertas para trámites esenciales. El 010 se mantiene operativo. La oficina de atención de Emaya cierra desde el lunes, así como las oficinas de información turística. Se cierran las bibliotecas municipales, Casal Solleric, Can Balaguer, el Castell de Bellver y Fundació Pilar i Joan Miró desde hoy y durante un mes.

Los mercados alimentarios permanecerán abiertos, pero se cierran durante dos semanas los no alimentarios, como el de Plaça Major, Son Fuster Vell o la parte de ropa de Pere Garau. El servicio de a EMT continuará con normalidad, pero los autobuses incorporarán carteles de recomendación de higiene personal en el transporte público.

Flexibilidad horaria

Se suspenden las actividades de PalmaActiva y la Escola Municipal de Formació. El personal de Cort tendrá flexibilidad horaria, sobre todo las personas con hijos pequeños o con personas afectadas por el virus. En el resto de la Isla, entre el jueves y ayer los ayuntamientos dictaron bandos municipales en los que se decreta el cierre de todas las actividades municipales, dependencias deportivas, bibliotecas o escuelas de música.

Por su parte, portavoces de todos los partidos políticos con representación parlamentaria se dirigieron especialmente a los jóvenes. Destacaron que la suspensión de las clases «no son unas vacaciones». En este sentido, con diferente intensidad, indicaron que no era el momento de salir a la calle y que había que quedarse en casa.