«Señoría, he pagado un montón de penas y no voy a comerme un delito que no he cometido. No puedo aceptar un acuerdo de conformidad». Con estas palabras, el acusado de un robo con fuerza en un negocio de Jesús encaró ayer el juicio que quedó visto para sentencia. El hombre se enfrenta a una petición fiscal de cinco años de prisión y 350 euros de multa, ya que cuenta con numerosos antecedentes.
Los hechos juzgados ocurrieron la madrugada del 4 de diciembre del pasado año, cuando un agente de la Policía Local de Santa Eulària interceptó al acusado circulando en dirección a Cap Martinet. Minutos antes, un vecino de Jesús había alertado al 112 sobre la presencia de un hombre sacando material de un negocio al que había destrozado un cristal.
Durante la vista, el acusado negó los hechos y argumentó que las piezas que llevaba en el momento de la detención las había cogido de un contenedor.
La sala también escuchó el testimonio del denunciante, un vecino de Jesús que vio al hombre reventar una puerta y hacer varios viajes hasta el punto donde estaba aparcada una motocicleta. Añadió que, tras realizar un viaje, regresó para coger más cosas. Fue en la huida de ese segundo trayecto cuando fue interceptado por un policía local.
Posteriormente declararon los dos guardias civiles que acudieron al lugar tras ser alertados por la Policía Local. Los agentes apuntaron que, durante la intervención, advirtieron que la motocicleta figuraba como sustraída y que el hombre no tenía permiso de conducir.
Asimismo, en el registro de la mochila y de la moto, los agentes hallaron «un martillo, guantes y una navaja, utensilios que habría usado para perpetrar el robo y diversos materiales de la tienda asaltada», indicaron.
La defensa pide la absolución por falta de pruebas o que se tenga en cuenta la adicción del acusado.
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