Las actuaciones que estudia Abaqua y que podrían estar terminadas en tres años suponen dos nuevas líneas de producción –una, en la desaladora de Eivissa y, la otra, en la de Santa Eulària–, así como la mejora de la eficiencia de las plantas de Eivissa y Sant Antoni. De esta manera, se incrementará la producción diaria de agua desalada de los 44.500 metros cúbicos actuales hasta los 59.000, un 32,5 % más.
Deberes
A cambio de ejecutar estas mejoras, las administraciones locales deberán comprometerse a construir depósitos de regulación para reservas de agua desalada para los picos de demanda en verano, así como establecer un control a través de sensores de extracción de agua que se hacen a los acuíferos para garantizar su control y recuperación.
Además, deberán mantener los esfuerzos para reducir las pérdidas de agua en las redes de abastecimiento municipal que, actualmente, suponen un tercio del total. El Plan Hidrológico de las Illes Balears exige que estas pérdidas se sitúen en el 25% en 2021.
Cabe recordar que la isla de Ibiza registró en 2018 pérdidas en la red de suministro de agua de 5.345.000 metros cúbicos, lo que supone un 28,63 % del total del agua suministrada.
Cumplieron con el límite porcentual de pérdidas del Plan Hidrológico de Balears, Sant Joan (22,5 %), Sant Antoni (20 %) y Eivissa (18,5 %). Por su parte, Sant Josep (40,3 % de pérdidas) y Santa Eulària (30,4 %) se situaron lejos de ese objetivo.
Posible desabastecimiento
Según informó Abaqua, el verano pasado la fuerte demanda urbana obligó a las tres plantas a funcionar a pleno rendimiento, una situación que podría provocar situaciones de desabastecimiento en caso de una pequeña avería justamente en una época en la cual la presión humana se revela más intensa.
Por este motivo, se ha pedido a los ayuntamientos de la isla que planifiquen qué cantidad de agua desalada necesitarán para todo el año.
El aumento de la producción pasa porque los ayuntamientos incrementen el consumo de agua desalada durante los meses de invierno dejando de exponer, así, las infraestructuras existentes a una demanda irregular que las lleva a límite de su capacidad durante los meses de verano. Para ello, será necesario establecer normas de explotación que planifiquen esta cantidad de agua desalada siguiendo dos criterios técnicos de prioridad.
El primero es establecer el porcentaje de agua desalada contratada respecto al consumo de agua total del municipio. En 2019, en Eivissa era del 90 %; en Sant Josep, del 73 %; en Sant Antoni, del 57 %; en Sant Joan, del 43 %; y, en Santa Eulària, del 20 %. El segundo criterio a establecer es el consumo invernal de agua desalada.
Respecto a estos datos, cabe destacar que Eivissa batió el récord histórico de consumo de agua desalada, con 10,7 millones de metros cúbicos, un 29 % más que el año anterior.
Estas medidas garantizarán un rendimiento más óptimo de las desaladoras a la vez que acelerará la recuperación de los acuíferos, actualmente en proceso de agotamiento y salinización progresivos.
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