Cuando se decidió iniciar la recuperación de este inmueble declarado Bien de Interés Cultural (BIC), las autoridades se encontraron que había sido empleada como infravivienda y se le habían adherido nuevas estancias o construcciones alrededor, que se hubieron de derribar y desmantelar.
Según el historiador Antoni Ferrer, los documentos dan fe de la existencia de esta edificación desde el siglo XVII, aunque es difícil fijar la fecha de su construcción y para ello están en marcha unas pruebas de carbono 14 que revelen con exactitud el año de su levantamiento.
La arqueóloga Glenda Graziani explicó que una de las especificidades que se encontraron cuando hicieron las excavaciones fue que a la base de la torre se encontraron una especie soportes que les hicieron lanzar varias hipótesis sobre las funciones y los fundamentos de la torre. Sin embargo, a medida que avanzaron en las prospecciones, se dieron cuenta de que se trataba de una especie de contrafuertes, que no habían sido descubiertos en este tipo de torres de defensa en Ibiza y eran más propias del levante peninsular.
Esta restauración se ha realizado con la financiación del Consell d'Eivissa y del Ayuntamiento de Santa Eulària, motivo por el cual, la alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, agradeció la colaboración institucional y el trabajo de los técnicos para recuperar el patrimonio, para poder darlo a conocer a la gente.
Del mismo modo lo hizo el presidente del Consell, Vicent Marí, presente en el acto, quien destacó que con esta obra se recupera un trozo de la historia de Ibiza para ponerlo en valor.
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