Para que no me olvides ni siquiera un momento y sigamos unidos los dos gracias a los recuerdos...» Este estribillo de Para que no me olvides, la canción con la que se enamoraron miles de españoles de mediados de los años 70 del pasado siglo, volverá a sonar este domingo en Sant Antoni. Su autor, el mallorquín Lorenzo Santamaría (Santa Maria del Camí, Mallorca, 21 de febrero de 1946), actuará a partir de las 13.30 horas en la Paella musical que todos los años organiza la Asociación músico-cultural Retro.
Cantante de éxito desde que liderara el grupo de rock mallorquín Z-66 de 1966 a 1970, Santamaría ha cantado algunos temas emblemáticos de la música de la época como Para que no me olvides, Si tú fueras mi mujer o Bailemos. Además ha grabado varios discos en catalán y ha sido actor en películas como Barrios altos o Crónica sentimental en rojo y series de televisión.
—No es la primera vez que actúa invitado por la Asociación Retro. ¿Se va a convertir en un habitual?
—Sí, ya estuve en la fiesta Anem de Palanca y fue genial. Ahora vuelvo de nuevo a una isla que me encanta para estar con un grupo tan entrañable como es Pep Pilot y todos los miembros de su asociación.
—Usted ya actuó por aquí en los años 60...
—Sí. Mis primeras actuaciones en Ibiza fueron con Z66. Estuvimos un mes entero tocando en el desaparecido Play Boy y nos fue muy bien. Eran otros tiempos.
—¿Mejores o peores?
—Distintos. Han cambiado muchísimas cosas. Se hicieron cosas muy mal, pero ahora, poco a poco, parece que vuelve a haber cierta concienciación ciudadana de que no se puede edificar y construir en cualquier lado. Hubo un momento en Ibiza en el que dio la sensación que valía todo.
—Usted que nació y vive en una isla, ¿cree que podemos acabar con la gallina de los huevos de oro?
—No lo sé, pero hay que tener cuidado. Ahora se vive mejor que hace 50 años en las islas y gracias al turismo ha mejorado la calidad de vida, pero hay que apostar por un modelo sostenible si no queremos acabar con este paraíso que son las Balears.
—Ha cambiado la vida, ha cambiado la música, pero su nombre sigue sonando de tanto en tanto. ¿Cómo ha hecho para no caer en el olvido?
—Seguir siendo yo mismo. Nunca me he vendido fuera de la música para seguir de actualidad. Nunca he ido a programas de televisión a revelar miserias ni secretos y luego sacar un disco. Yo vivo de la música, que es lo que realmente me gusta.
—¿Le da para vivir tal y como está el tema?
—Soy feliz y con eso me conformo. Es cierto que me gustaría tener una banda con 20 músicos y llenar teatros cada semana, pero me gusta cómo vivo y cómo me va.
—Tiene varios éxitos que forman parte de la historia de la música. ¿Por qué perduran en la memoria estas canciones?
—Porque la música que se hacía en los sesenta y los setenta era muy distinta. Las letras y las melodías estaban más elaboradas y enganchaban más al público. Además, al no haber tanta oferta, había más tiempo para componer canciones.
—Esas canciones siguen teniendo un público muy fiel y casi todo el mundo se sabe alguna estrofa...
—Es cierto. Al final han pervivido porque en aquella época no había tanto que escuchar como ahora. Lo bueno es que no a todo el mundo le gusta la misma música.
—¿La industria también ayudaba en su época?
—Más que la industria ayudaban las radios que ponían las canciones. Cuando yo era joven, tú ibas con un disco a una emisora, lo escuchaban y si les gustaba lo ponían durante meses sin parar por interés puramente artístico. Ahora todo se mueve por intereses comerciales. El productor paga a una radio fórmula para que la canción se escuche y cuando hay otro que paga más, la tuya ya no suena. Por eso todo va tan rápido. Así es imposible que nada quede en la memoria de la gente.
—¿Qué opina de la nueva forma de consumir música?
—Como aficionado, canales como Spotify me parecen buenos porque encuentras de todo a un precio asequible. Puedes escuchar cualquier cantante de cualquier lugar del mundo sin moverte de casa cuando antes tenías que ir a las tiendas de discos y en ocasiones buscar alguien muy especializado. Pero como cantante me parece una aberración. Nos ha hecho mucho daño.
—¿Por?
—Porque al final no vemos casi ni un duro. Para que no me olvides puede sonar mil veces en un día y yo, sin embargo, no gano nada. Creo que es porque Spotify llegó a acuerdo con la Sociedad General de Autores, que no tiene sentido. Hoy, como no tengas un buen asesor, no vas a ningún lado en este sentido.
1 comentario
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Muy bien por ti Lorenzo Santamaría, ahora no hay canciones, es enseñar cuerpos con ropa provocativa y baile igual y los chicos con chándal, letras machistas, con maltrato a la mujer, y las chicas las cantan igual,, Rosalía es nefasta puro Martketing, la quitas el pleibak, y ni un cero, la doy, la mala música?? de hoy no vale nada de nada