Los pocos comerciantes que aún abren sus negocios achacan este bajón a tres factores. Por un lado, la ausencia de plazas para coches, ya que hay poca zona azul, la zona blanca existente está reservada a vehículos autorizados y para encontrar el aparcamiento más cercano hay que andar bastantes metros. Además, el acceso, según los comerciantes, está complicado, ya que exige en muchas ocasiones salir de la ciudad para poder llegar al puerto. Por otro lado, la temporada fuerte de turismo no llegará a Ibiza hasta dentro de un par de meses y la ciudad lo nota durante este tiempo. Por último, hay que tener en cuenta el elevado precio de los alquileres en esta zona, que echa atrás a muchos de los emprendedores que piensan en abrir un negocio, o incluso les obliga a cerrarlos durante este tiempo porque no pueden pagar el precio exigido ante unas calles vacías y una demanda escasa.
De hecho, en su recorrido por el barrio, Periódico de Ibiza y Formentera encontró una gran cantidad de locales sin actividad. En la calle de la Virgen no había un solo negocio abierto, y se cuentan como cerrados, al menos, cinco tiendas, dos hoteles, una peluquería y nueve bares y restaurantes. Pese a todo, un vecino, llamado Sergio Suárez, se mostraba aliviado y dijo preferir la situación actual al verano, debido, fundamentalmente, a los «ruidos molestos». Lo mismo ocurre en la calle d'Emili Pou, donde dos heladerías, dos restaurantes y un bar permanecen cerrados. Tan sólo estaba abierta una tienda de comestibles que hace esquina con la calle de Josep Vedrera.
En la calle Enmig, una de las que tienen mayor cantidad de establecimientos, tenían la persiana echada todas las tiendas -ocho-, más todos los bares, restaurantes y discotecas -diez-. Además, al menos se pueden contar nueve carteles de ‘se alquila' o ‘se vende'. El dueño de uno de estos establecimientos, de nombre Gerard, dijo que «Ibiza es una zona muy turística, pero no es Nueva York». Así, como en realidad «se trabaja cinco meses al año» y el alquiler es tan caro», quien abre un local aquí suele marcharse después de uno o dos años. El propietario de otro de estos locales estuvo de acuerdo en lo de los «alquileres desorbitados», al tiempo que lamentó la «degradación» de la zona, que «no tiene que ver con lo que era antes». Desde una inmobiliaria cercana creen que entre que los precios son altos y la temporalidad, grande, muchos de quienes apuestan por venir a Ibiza e invertir en esta zona no pueden seguir después de verano «al no ver cumplidas sus expectativas».
Al frente de una tienda de comestibles, Daniel Romero, quien además es vecino del barrio, cree que la falta de acceso es un gran problema, ya que antes había cuatro maneras de entrar y, desde las obras en Vara de Rey, de donde ha desaparecido un aparcamiento con capacidad para más de cien plazas, sólo hay una y te exige salir de la ciudad para después volver a ella. Y, además, «sin aparcamiento, ¿quién va a venir a hacer las compras?», se preguntó. «Creo que les interesaba acabar con esto y trasladarlo a Vara de Rey», sospecha Romero.
Siguiendo con el recorrido, encontramos más calles vacías, casi desiertas: Manuel Soria, José Verdera, Barcelona y Sa Drassana. También las plazas Sa Riba Sa Tertúlia echan a faltar vida. Incluso en la calle Lluis Tur i Palau lo único que había abierto ayer era una tienda de Mango, pero sólo porque se trata de una franquicia.
6 comentarios
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Hace 30 años que la Marina está vacia en invierno. La tertulia era el patio de las niñas de las monjas y no había nada abierto. Toda la Marina era su patio. Menuda novedad de noticia, la repetís cada semana. Como si fuéseis a cambiar algo. Dejadnos en paz, solo conseguís dar peor imagen de nuestro barrio. Es un barrio de comercios turísticos y nadie tiene intención de abrir todo el año. Ya les va bien con trabajar 5 meses y vivir del cuento el resto.
Es penoso el barrio de La Marina. Con lo bonito que sería irse a callejear, de tiendas y a tomar algo, tambien en invierno, en esa zona. Y poder aparcar sin problemas para los que no somos de la ciudad. Y los dueños, alquilen a precio normal y a gente de aquí, no a mafiosos italianos que se lo llevan calentito y se piran dejando deudas a proveedores y ya no vuelven más..
Esto es la pescadilla que se muerde la cola, como no hay nada abierto nadie va, además de que el Ayuntamiento pasa de todo, la mayoría de locales están alquilados a extranjeros que el barrio les importa un pepino y solo vienen en verano a recaudar y llevarse el dinero fuera. Difícil solución a no ser que los ibicencos que sean propietarios le den la vuelta, pero como hay tan pocos que nada a seguir desierto.
Si el alquiler es caro, si no se alquila lo lógico es que bajen los precios pero la zona ya quedado como lugar turístico solo para verano como tantos negocios
Los comerciantes debemos analizar y mejorar lo que ofrecemos, también hacer autocrítica, esto está claro. Sin embargo el grueso de la responsabilidad está en la nefasta gestión del Ayuntamiento y su incapacidad para dar y recuperar la vida y el caràcter de nuestra ciudad. Las políticas de movilidad han sido la estocada final y las grandes superficies las beneficiadas. No hay en ningún lugar un espacio tan grande cerrado al tráfico como el puerto. Lo peor es que ellos (Ayuntamiento) no reconocen su error. Vila se ha convertido en un parque temático de verano, una ciudad zombi. Eso sí, el espíritu de "bienvenido Mr. Marshall" ha estado bien vivo con la venida del Barça. Seguiremos luchando
Y tambien tendra que ver el tema de la estacionalidad, si casi todo cierra no lo hace demasiado atractivo para ir.