Cancelaciones
La previsión de viajeros para el día de ayer se vio incrementada por una parte de los pasajeros que tenían previsto llegar a Ibiza desde Madrid el sábado por la noche. La cancelación de un vuelo nocturno de la compañía Ryanair obligó a Carlota y Verónica a llegar a la isla el domingo a mediodía.
«La verdad es que me vino hasta bien, porque tenía una cena el sábado por la noche», explicaba Carlota, que se lo tomaba con filosofía. Para su hermana Verónica el paseo de ida y vuelta al aeropuerto no fue plato de su agrado. «Nos avisaron ya en el aeropuerto y como no había ningún vuelo por la noche tuvimos que volver a casa», contaba.
Carlota estudia Farmacia y Verónica Psicología en Madrid. Estas dos hermanas dicen al unísono que lo que más echan de menos es la comida de su madre. También tienen ganas de probar la salsa de nadal de su tía María. Al aeropuerto les fue a recoger su hermano Juan Pedro, que tuvo que esperar a que interpusieran la correspondiente reclamación por cancelación de vuelo en la ventanilla de Ryanair.
La cancelación del vuelo de Madrid tuvo repercusiones en los pasajeros que debían salir con ese mismo avión anoche desde Ibiza. Míriam Pérez vino por sorpresa el sábado por la mañana a Ibiza. Siete amigas suyas le habían organizado una despedida de soltera en la isla.
Llegaban a las 8:30 y tenían previsto volver a las 21:45 en el mismo día. Debido a la cancelación la compañía les dio una noche de hotel, sin embargo no aprovecharon la prórroga. «Estábamos muy cansadas y llevábamos todo el día con la misma ropa (la de la novia era un vestido de princesa) no teníamos cuerpo para irnos de fiesta», explicaba una de las amigas de la novia.
Su vuelo salió ayer a las 16:00 y se quejaban de que la compañía no les había dado ningún bono para las comidas.
Descanso tras los exámenes
Pablo Hidalgo, de 27 años, estudia musicología en Estrasburgo y sigue allí su carrera de música. Llegó ayer para disfrutar de dos semanas de vacaciones en Santa Eulària con su familia. «Lo que más echo de menos es la comida de casa. Los estudiantes no tenemos mucho tiempo para cocinar».
Su llegada coincidió, por casualidad, con la de su hermana Sofía, de 25 años, que está estudiando un máster en Barcelona. El encargado de llevarlos a casa fue su hermano pequeño, Fran.
A Ángel Lorenzo le fueron a buscar sus padres y su hermano pequeño. Es el primer año en la carrera de Física y Matemáticas de este portmanyí, que hizo sus estudios de bachillerato en el Quartó de Portmany. Estas fiestas quiere quedar con sus amigos y visitar a sus abuelos, a unos en Nochebuena y a los otros en Nochevieja. Espera que los Reyes Magos se porten bien con él, dado que vuelve a casa con los deberes hechos y todo aprobado.
Montse esperaba ayer en el aeropuerto a su hija Ester y su nieto Martí. Se le iluminan los ojos cuando habla de Martí, que con dos años «canta muchas canciones, tan bien que da gusto oírlo. En casa tenía ya preparada la salsa de nadal, con la que colabora su marido que, a pesar de ser de Ciudad Real, tiene mucha mano con este postre ibicenco.
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