Desde la izquierda, Xisco Sobrado y Jordi Salewski.

Las praderas de posidonia oceánica de Talamanca están en mal estado de conservación y presentan una cobertura del fondo marino baja como consecuencia del fondeo incontrolado y los vertidos tanto de embarcaciones como de salmuera y del antiguo emisario.

Así se observa en el informe científico sobre el estado de las praderas de posidonia de la bahía de Talamanca que ha elaborado el GEN-GOB a solicitud de la concejalía de Medi Ambient del Ayuntamiento de Eivissa, que fue presentado ayer por la mañana ante los medios y por la tarde a la ciudadanía en el Casal de Voluntariat. Además, mañana el Consistorio presentará estos resultados en una ponencia sobre la importancia de la posidonia en el Mediterráneo en la Cumbre del Clima que se está celebrando en Madrid.

El estudio se llevó a cabo en el mes de mayo de 2019 mediante la obtención de datos en cuatro estaciones de seguimiento. Los puntos de estudio están: en una zona de poca profundidad frente a las casetas varadero, en la salida del antiguo emisario, en una zona profunda del centro de la bahía y en el entorno de Illa Grossa. A estas, hay que añadir una quinta estación de control en Cap Martinet para poder hacer comparaciones con una zona en buen estado de conservación.

El concejal de Medi Ambient de Vila, Jordi Salewski, explicó que el Ayuntamiento pretende que se realice este estudio anualmente para observar la evolución de estas praderas submarinas y comprobar la efectividad del futuro proyecto de recuperación de la bahía de Talamanca que acompañará a la instalación de un campo de boyas ecológicas.

Estudio científico
El encargado de explicar el informe fue el técnico del Área Marina del GEN-GOB, Xisco Sobrado, que destacó que se trata del «primer estudio de esta naturaleza» que se realiza en esta zona con una recogida de datos amplia. El informe «no solo caracteriza las praderas de posidonia, sino que también estudia a los invertebrados que viven en este hábitat y la flora y fauna que alberga las hojas de las plantas estudiadas».

El equipo de investigación instaló 15 parcelas de seguimiento poblacional, tres en cada una de las estaciones. En estas parcelas se hará un recuento anual de los haces de posidonia para valorar si la pradera crece, decrece o se mantiene.

Por otra parte, para valorar la cobertura y la densidad de invertebrados se estudiaron cinco zonas lineales de 30x1 metros en las que se evaluó el porcentaje de cobertura y los seres que habitaban este espacio.

Para poder hacer una caracterización completa, cada estación está a una profundidad distinta: la zona somera a tres-cuatro metros, la zona del emisario a cuatro metros, la zona de Illa Grossa a unos ocho metros y la zona profunda a 10-15 metros bajo la superficie.
Las zonas más castigadas por el impacto humano son la zona profunda y el entorno de Illa Grossa, aunque ninguna de las estaciones dio unos resultados positivos.

La densidad de las praderas debería estar entre el 85% y el 65%, mientras que en Talamanca se obtuvieron resultados entre un 70% (zona somera) y un 40% (Illa Grossa).
Otro índice preocupante es el de conservación, que determina la cantidad de posidonia viva y muerta en un espacio. Todas las zonas tenían menos de un 88% de posidonia viva, el punto por debajo del cual se considera que las praderas están en mal estado. Las zonas profunda y de Illa Grossa tenían la mitad de la posidonia muerta.

Un índice que podría explicar, según Salewski, los episodios de llegada masiva de posidonia muerta a la costa a lo largo de la temporada.

Soluciones
Desde el GEN-GOB plantean una serie de medidas para abordar este problema, entre ellas: hacer efectivo el control del decreto de posidonia en esta zona, dado que ahora mismo solo se hacen controles puntuales; establecer una zona exclusivamente de fondeos ecológicos e incluso prohibir el fondeo en las zonas más degradadas, fomentar la pesca tradicional y artesanal y controlar anualmente la evolución.

«Creemos que también sería muy importante incluir esta zona en la Red Natura 2000, así se garantizaría una gestión efectiva del espacio», valoró Sobrado. Salewski aseguró que el Consistorio estudia si poner en marcha un nuevo Lugar de Interés Comunitario (LIC) en Talamanca o ampliar el que ya existe en Cap Martinet, y con ello incluir esta zona en la red de conservación.