Coincidencia o no, el lunes, el mismo que día que este diario publicó el artículo firmado por un servidor Las falsedades de la consellera de Salut, y 24 horas después, coincidencia o no, de haber publicado este diario una entrevista con el miembro de la ejecutiva del Sindicato Libre de Trabajadores (SLTA), Enrique Durán, en la que explicó con cristalina claridad el peligro público que supone volar con Eliance y la responsabilidad de los políticos, la cúpula de la Conselleria de Salut decidió lo que no se había atrevido a decidir hasta entonces: rescindir el contrato a Eliance, a pesar de que sigue habiendo tan pocas empresas como antes y de que el servicio se presta «con las máximas garantías de seguridad».
Es, sin duda, un alivio para los trabajadores y usuarios del transporte aéreo sanitario, ya que dentro de pocos días dejarán de volar con una compañía calificada de «piratas del aire» por los expertos.
Tampoco el 1 de diciembre
El lunes sabían en la Conselleria que este diario iba a publicar los últimos incumplimientos que habíamos podido contrastar. No son menores y encima llueve sobre mojado. De aperitivo, que Eliance volvió a incumplir el compromiso que ella misma había adquirido de que el nuevo avión con base en Mallorca estuviera operativo el 1 de diciembre.
También habíamos contrastado que el helicóptero de reserva que debía estar en la base de Mallorca el 1 de diciembre como backup no llegó a su destino hasta el 18 de junio, es decir, más de seis meses y medio más tarde de la fecha comprometida. Este aparato estaba en el aeropuerto de Sabadell reportándole pingües ingresos a Eliance en lugar de en Mallorca.
Helicóptero invisible
El Govern pagaba, pues, por tener una aeronave disponible por si le pasaba algo a las otras tres que nadie había visto. Un gato por liebre de escándalo.
El resumen es que Eliance cobraba por tener cuatro aparatos, dos aviones de menos de 10 años de antigüedad, y dos helicópteros que pudieran volar en multipiloto y en instrumental, y en realidad operaba con dos aviones de 10 y 22 años de antigüedad y un solo helicóptero que solo puede volar en modo visual y con un piloto, lo que suponía un paso atrás en seguridad y un ahorro de más de un millón de euros al año, sin contar el recorte del helicóptero.
«Pensábamos que cumplía»
La secuencia informativa también iba a incluir una información que dice muy poco de la capacidad de la cúpula de Salut. Y es que el Govern invitó a Eliance sin preocuparse lo más mínimo en saber si cumplía con un pliego de alto standing que acabó en manos de piratas del aire. «Pensábamos que sí cumplía», admitieron fuentes oficiales de la Conselleria a este diario también el mismo lunes.
Con estos los antecedentes, la cabeza de Antoni Bellver, gerente del 061, y de la propia consellera de Salut, Patricia Gómez, estaba en riesgo porque la crisis iba adquiriendo dimensiones peligrosas y crecía el riesgo de que la presidenta, Francina Armengol, se viera obligada a cortarles la cabeza.
Máxime si los trabajadores del 061 consumaban su advertencia de ir a la huelga.
Un excusa como otra
La excusa esgrimida para cortar con Eliance ahora es que ésta comunicó al Govern el lunes que no iba a estar en disposición de volar en multipiloto y en instrumental hasta mayo de 2020. Es eso, una excusa como otra cualquiera para establecer de forma inmediata un corta fuegos para evitar que el daño fuera a mayores.
Esa misma información la facilitó el asesor que el propio Govern se ha visto obligado a contratar a los sindicatos hace 15 días. Y también la habían repetido hasta la saciedad los sindicatos anteriormente.
Otra lectura es que no le quepa la menor duda de que si los incumplimientos en materia de seguridad se hubieran dado en un servicio esencial que se presta en Mallorca, donde los traslados aéreos del 061 son residuales por una cuestión obvia y es que los mallorquines acceden al hospital de referencia de la Comunidad por carretera, esta decisión se habría tomado antes y la actitud pusilánime de la oposición habría sido bien distinta. Cosas del centralismo mallorquín.
Responsabilidades políticas
La bola de Eliance por fin ha dejado de crecer, pero las responsabilidades políticas de tamaño dislate no han sido saldadas.
Llámenme exagerado, pero yo no quiero que dirija la sanidad pública un equipo que es capaz de montar sin ningún motivo un concurso negociado sin publicidad para otorgar un contrato que nos cuesta 30 millones (25+IVA) por cuatro años cuando debió hacerse vía concurso público abierto, al que invita a una de las dos empresas en liza sin preguntarse ni tan siquiera si cumple con las condiciones del pliego y a la que luego le permite todo tipo de desmanes a plena luz del día, todo ello aderezado con las falsedades con las que nos han estado tratando de engañar sin conseguirlo, al menos con los lectores de este diario.
Patricia Gómez sabía que no era cierto que Eliance volaba con las máximas garantías de seguridad. También sabe que no está capacitada para estar al frente de la sanidad pública por haber nombrado a un gerente del 061 que ha perpetrado este fiasco, al que, además, ha defendido y mantenido en su puesto, ni tampoco legitimada para seguir ni un día más al frente de la Conselleria por habernos engañado y por haber puesto en peligro la seguridad de los pacientes y tripulantes que se montaban en el helicóptero del 061.
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