Actualmente, la contaminación lumínica es una grave amenaza para la observación y estudio del cielo nocturno,porque la luz artificial 'borra' las estrellas del firmamento y representa también gravesperjuicios medioambientales.
La campaña consiste en la distribución de cientos de dípticos informativos sobre las causasde la contaminación lumínica, los efectos que provoca sobre la actividad astronómica y también lasformas de iluminar correctamente.
«La luz de color blanco es la peor de todas; hay que utilizarla detonalidad ámbar o amarilla, que es más respetuosa», señalan desde AAE.
La AAE ha distribuido este material entre los colegios profesionales y colectivos más directamente involucrados en la instalación de luminarias de todo tipo en el exterior. Entre ellos figuran los aparejadores, ingenieros técnicos, instaladores eléctricos, ingenieros industriales y otrosde los que depende en gran medida detener esta amenaza.
También se ha enviado la información a los dirigentes de las principales cadenas hoteleras de la islaporque tengan en cuenta este hecho a la hora de proyectar reformas en sus establecimientos.
La AAE con esto quiere «evitar casos como algunos que se han producido recientemente en es Viver, donde un hotel ha basado su decoración exterior en una iluminación altamente contaminante, o como ocurrió hace unosaños con el panel luminoso gigante que ocupa una fachada entera de otra establecimiento dePlaya d'en Bossa».
El AAE mantendrá esta semana una reunión con el Ayuntamiento de Eivissa para hacerle llegar una serie de propuestas específicas en este municipio para mejorardel alumbrado municipal, haciendo compatible la necesidad de iluminación viaria con el respeto alcielo nocturno.
El Observatorio de Puig des Molins, que recibe unas 2.000 personas cada año, ve afectado su funcionamiento por el creciente número de farolas de luz blanca de alta intensidad que a día de hoy sigue instalándose en las calles de la ciudad.
Mientras tanto, el AAE confía en que el Consell d'Eivissa «inicie pronto los trabajos que anunció ya hace unos meses» para la redacción de un reglamento de preservación del cielo nocturno. «En general, la responsabilidad de evitar el exceso de iluminación recae tanto en las institucionespúblicas con competencias en el alumbrado público, como en los particulares y empresarios. No se debe iluminar menos, se debe iluminar bien», afirma la AAE.
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En el campo de fútbol de Can Bonet mismo es increíble lo mal direccionados y la gran cantidad de luz blanca que emiten, deslumbran a las casas de los vecinos en lugar de iluminar de forma más adecuada y sostenible hacía el campo de fútbol. Por no hablar de su gestión, está siempre encendido hasta las 23h de la noche, aunque no juegue nadie en el campo. Se debería de pagar (como en otras instalaciones similares) si se quiere tener iluminación, que en este caso es despilfarrar el dinero y molestar a vecinos. Por la luz que hace parece que se está al lado del aeropuerto...en vez de un barrio residencial...