Según Bonet la idea de organizar esta convención ya rondaba por la asociación hace siete u ocho años y en principio se pensó en hacerla en el Recinto Ferial. Finalmente se decantaron por el Hard Rock Hotel Ibiza y ha sido un éxito. «Llevábamos años dando vueltas a la idea pero no estábamos seguros de la aceptación que podía tener porque Ibiza es un lugar relativamente pequeño en lo que a arte urbano se refiere pero creo que la elección ha sido muy acertada porque todo cuadra a la perfección», aseguró.
Este éxito se ha visto reflejado en el nivel de los profesionales. «El último día del año pasado todo el mundo estaba tan contento que ya estábamos recibiendo solicitudes para participar en 2019 y eso nos ha permitido poder seleccionarlos nosotros, siguiendo un criterio claro de calidad, variedad e internacionalización», confirmó Rafael Bonet.
Mao, un pionero en España
Entre los participantes destacan nombres como Murran Billi de Italia, James Davis de Estados Unidos, Charly Huurman de Irlanda, Jeison Mantovani de Brasil o los alemanes Bene Bader o Marco Klose o los estudios de Ibiza Art4Skin, El Flaco, el grupo encabezado por Dani Guirao True Souls, Magnetic Island Tattoo o Blowart.
Sin embargo, para los amantes de los tatuajes hay un nombre que sobresale por encima del resto, Mao Pérez, uno de los pioneros de este arte y uno de los mejores tatuadores de nuestro país. Comenzó en 1980 tras conocer a Cathy en la ciudad suiza de Lausana y un año después viajó a Ibiza para abrir en Cala Llonga el primer estudio de tatuaje que hubo en la isla. Después llegarían el de la Calle de la Virgen y el de Sant Antoni – ahora cerrados – y los que tiene en Malasaña y Callao, en Madrid. «En España todo ha cambiado pero si te digo la verdad aquí el tema de los tatuajes nunca ha estado mal visto porque somos un país de artistas y siempre se ha considerado como un arte más», explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera el conocido tatuador.
Mao ha trabajado también en una base militar de Estados Unidos y en Cartagena y está considerado como el gran profesor de las primeras generaciones de tatuadores españoles. De hecho, el estudio que creó es actualmente el más antiguo de España. «Yo tuve la suerte de comenzar en Suiza con dos grandes artistas porque me encantaba dibujar y ahora todo es más sencillo porque en España el mundo de los tatuajes goza de magnífica salud con grandes estudios y grandes profesionales». Esta salud se refleja en el día a día. «Llevar tatuajes está totalmente aceptado y cada vez hay más originalidad a la hora de elegir los diseños por parte de los clientes y mayores desafíos para los artistas, quienes se forman constantemente en otros países repercutiendo directamente en la calidad de los trabajos».
Sin embargo, tanto Mao como Rafael Bonet avisan de que también se encuentran con un problema: El intrusismo en el sector. «Es el gran caballo de batalla contra el que luchar porque más allá de que los precios sean más baratos y la calidad mucho peor, juegan en desigualdad de condiciones y está en juego la salud del cliente», resumió Bonet.
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