Vicent Frit se aficionó al ball pagès de pequeño de la mano de Antònia Marí, sa Mestra Cala. En la década de los años 60, él y su mujer, Maria Mayans, pertenecían a un grupo de balladors que empezaron a mostrar el ball pagès por varios establecimientos turísticos de la isla. Frit era el más pequeño de ocho hermanos y siempre aseguraba que el secreto para ser un buen ballador era saber levantar las dos piernas por igual y bailar cerca de las balladores.
La última vez que bailó fue en el Pou des Escarabats, muy cerca de su hogar. «Lo dejé porque ya no quería hacer más el ridículo delante de los demás, ya era muy viejo», apuntó Frit en la entrevista que la Federació de Colles de Ball le hizo en el homenaje que recibió en 2012. Dos años antes, el Ayuntamiento de Sant Antoni concedió a Vicent Frit el Premi Portmany por su aportación a la cultura popular del municipio. «Los que han tenido la suerte de verlo bailar no olvidarán nunca a aquel hombre bajito que daba grandes saltos y camallades, que cuando aún no tenía un pie en el suelo ya levantaba el otro», asegura la Colla de Buscastell en un comunicado en las redes sociales.
Vicent Frit deja como legado una ballada con su nombre: la filera d'en Frit. Su afición por el ball pagès seguirá corriendo por las venas de sus herederos ya que su hija María y dos de sus nietos, Vicent y Alberto, continúan con la tradición.
Frit fue entrevistado en el programa ‘Sa cadira des majors' de la TEF en febrero de 2018, en el que aún se atrevió a tocar las castanyoles. Una entrevista que puede verse en www.teftv.com.
El funeral en memoria de Vicent Frit se celebrará el sábado 20 de julio a las 18.30 horas en la iglesia de Sant Antoni.
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Descansa en pau, Vicent. No oblidarem facilment es teus bots plens d'energia.