El lugar se convirtió en un pequeño museo al aire libre donde todo el mundo pudo contemplar joyas de cuatro ruedas. Nada más cruzar la calle, a la izquierda, daba la bienvenida a los asistentes un espectacular Silver Can 53 de 200 caballos, en color gris oscuro, propiedad del piloto Vicente Bufí. Era el aperitivo de lo que estaba por venir. Justo a su lado había un increíble Mitsubishi Evo FX de 300 caballos, blanco y que parecía salido de los videojuegos de las consolas y con el que Mario Costa ha corrido el campeonato de 2019, y tres de las grandes joyas de la exposición, un Fiat Abarth blanco con matrícula de Girona de David Montero, un Peugeot 205 con el que Víctor Costa Curume ha corrido el Campeonato de Rally balear o un Seat 1200 azul. Tampoco faltaron los Citroën, los Renault Clio y dos buggy, que fueron de los más fotografiados, un Semog Bravo de Marcos Moreno y un Demon Car Kart Cross de Adrián Alcántara.
Regalos a los niños ingresados
Además de prestar sus vehículos para que todo aquel que lo quisiera pudiera hacerse fotos, subirse y contemplarlo por dentro, los pilotos Vicente Bufí, Jordi Romero, Francisco Javier Marí, Rafael Ferrer, Víctor Costa, Sergio Sánchez, Fran Verdugo, Mario Collado, Alex Torres, Mario Costa, David Novo, Adrián Alcántara, Nico Boelter, Edu Hinojosa y el representante de Formentera, Jaume Escandell, también recorrieron recorrido el área de Pediatría del Hospital de Can Misses para dar regalos a los niños allí ingresados.
Los tres afortunados fueron Ismael, de 6 años, la joven holandesa Nikita, de 9, y Piper, de 2. Para el primero de ellos, que tendrá que quedarse en el centro hasta el lunes por lo menos, fue, como explicó su madre a Periódico de Ibiza y Formentera, «un regalo de cumpleaños adelantado puesto que la próxima semana cumplirá 7 años». Y es que él, junto a Nikita y Piper, luego se animaron a dejar las cuatro paredes del hospital para bajar a disfrutar junto a los pilotos de cada uno de los coches. Ellos se volcaron en todo momento y se los enseñaron por dentro, dejando que se pusieran al volante y se colocarán incluso sus cascos. Fue, como dijo la madre de Ismael, «una experiencia que nunca olvidarán y que les ayuda a superar su día a día en el hospital, donde los pobres se aburren muchísimo».
Regalos comprados por los pilotos
Según explicó a Periódico de Ibiza y Formentera Juan José Soria, uno de los impulsores de la iniciativa en Ibiza junto a Juan José Roig, «la intención de este evento es que todo el mundo conozca esta disciplina deportiva y que el gran público entienda que somos un gremio relacionado con el deporte y no esos que son un peligro en la carretera y que no paran de hacer ruido en sus competiciones, como muchos creen».
Por ello se volcaron con ‘Races x life', trayendo sus vehículos «y haciendo una colecta de su propio bolsillo» para comprar los juguetes relacionados con el mundo del motor que regalaron a los niños. Incluso, aportaron un pequeño catering e instalaron en la entrada del hospital, junto a los coches, un taller de pintura y otro de pintacaras.
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