La fuerza de la feminidad reflejada en las fotografías de Marianne Sock

Sock se formó profesionalmente en un prestigioso estudio de Ausburgo, empezó trabajando como modelo y actriz de televisión en su país natal y realizando fotografías de moda y cosmética hasta que se trasladó a vivir a Ibiza en donde descubrió su pasión por los gatos y desarrolló un voluminoso trabajo fotográfico con estos animales, que ella cree que «son especiales, muy individuales y tienen su propia personalidad». De hecho, ha escrito tres libros sobre comida para gatos e ilustrado numerosos calendarios. Más tarde, se interesa por la naturaleza y empieza a fotografiar plantas y flores, tanto en el campo, como en su jardín particular y a mostrar mediante la fotografía macro toda la belleza oculta de las flores. Además, sigue trabajando con modelos femeninas, mujeres de su entorno como su sobrina o su asistenta a quienes retrata de «forma muy natural y expresiva, resaltando la intensidad de la mirada y la sonrisa sin apenas maquillaje ni adornos, para expresar su vitalidad y juventud», explica.

Por otra parte, desarrolla una gran plasticidad en las texturas de telas, agua o simples plásticos que envuelven los cuerpos desnudos. «La fotografía no es sólo una profesión, es pura pasión para mí», declara la artista.

En resumen, en esta exposición se muestran trabajos de tres de sus pasiones: las flores y plantas, los gatos y el rostro y cuerpo femenino, destacando en todos ellos la fuerza de la belleza natural.