Rafa Ruiz, presa de la euforia tras saberse ganador de las elecciones en Vila, rocía a dos compañeras con champán en la sede del PSOE. | Daniel Espinosa

El domingo pasado vivimos lo más bonito de la democracia: las elecciones. Incluso con la información errónea facilitada por el Ministerio del Interior. Pero en los próximos días vamos a ver lo peor, lo más repulsivo y asqueroso: las componendas para pervertir la voluntad de los ciudadanos reflejada en las urnas a través de su voto.

Esta semana han sucedido cosas increíbles, sin precedentes, inauditas, a las que la ministra portavoz Isabel Celaá restó importancia. Dijo que se trataba de errores que suceden «en todas las elecciones habidas y por haber». Seguramente la condescendencia surge porque los errores son atribuibles a su Gobierno y en su gran mayoría se han solventado a favor de su partido, el PSOE, lo que explicaría que no le hayan costado el cargo ni al subsecretario de Interior. Minucias. Pero a partir de ahora no podremos fiarnos del recuento que difunda el Ministerio del Interior en la noche electoral. No sé a ustedes, pero a mí eso es lo que más me preocupa.

Mandan los de fuera. Siendo grave lo anterior, no es lo peor. Lo más difícil de asumir será que los gobiernos de las instituciones donde será necesario que varias fuerzas políticas lleguen a acuerdos de gobernabilidad se decidirán fuera de Ibiza, sin tener en cuenta ni la opinión de los candidatos elegidos el 26-M, ni los intereses de los ciudadanos. Ibiza está siendo moneda de cambio para otros intereses ajenos a la isla.

En los próximos días veremos cómo desde Madrid y desde Palma se mangonean las instituciones ibicencas y se dicta lo que hay que hacer. Aquellos que dijeron que nunca en la vida pactarían con Cs, dirán que no hay socio de gobierno mejor. Los que hayan dicho que jamás de los jamases irían con Podemos-EU ni a la vuelta de la esquina, defenderán que son los gobernantes idóneos. Y todo porque lo manda Madrid y Palma.

Consell d'Eivissa y Ajuntament de Sant Antoni. A mi me tiene que explicar alguien por qué razón, a la vista de los resultados de las elecciones del domingo pasado, se concluye que en Vila los ciudadanos han manifestado con claridad su voluntad de que sea alcalde Rafa Ruiz (PSOE), pero en Sant Antoni no sucede lo mismo con Marcos Serra (PP). En este caso es perentorio intentar que el «cambio» que se inició en el municipio en 2015 con Pep Tur Cires, continúe, ignorando si es preciso la voluntad de los vecinos expresada en las urnas. Si alguien tiene alguna explicación lógica a ese dispar razonamiento, agradecería que lo diga.

Ganadores y perdedores. Vicent Torres, secretario general de la FSE-PSOE y presidente en funciones del Consell d'Eivissa, dejó claro el viernes que corresponde al líder de la lista más votada, Vicent Marí (PP), tomar la iniciativa e intentar formar gobierno. Se trata de algo absolutamente lógico y razonable. Pero entonces, ¿por qué no habría de seguirse idéntico criterio en Sant Antoni? ¿Acaso ganó las elecciones Simón Planells? En absoluto.
Considero muy lícito hacer lo posible para retener el poder en las instituciones que la izquierda gobernó la legislatura pasada, pero nunca a cualquier precio, que es lo que parece que pueda suceder y lo que es lo que se desprende de las declaraciones de algunos socialistas. Ahora hay quien dice públicamente que los socios preferentes son unos, pero la realidad es otra bien distinta. Podemos guarda silencio, al igual que Ciudadanos. Saben que fuera de Ibiza se está decidiendo todo y ellos no pintan nada, o muy poco. Pero ellos deberán tomar sus decisiones y dar la cara ante los ciudadanos que les han votado. No vendrán los que ordenan a dar explicaciones.

Les vaticino que estos días veremos cosas increíbles. Ya las hemos visto esta semana.
Feliz domingo.