El director del centro, Juan Antonio Cuesta, muestra el póster del congreso que arranca el día 22. | Marcelo Sastre

Juan Antonio Cuesta Bermudo (Alzira, 1976) es diplomado en Magisterio de Educación Infantil y Primaria y licenciado en Psicopedagogía. Lleva 12 años impartiendo clase en el colegio Sa Real y uno de los actos centrales del 50 aniversario de este centro es el I Congreso Educativo Innovación 4.0: Comunicar y Emocionar, que se celebra los días 22 y 23 de marzo en el Palau de Congressos.

—¿Por qué organizan un congreso educativo?
—Una de las actividades centrales es el congreso educativo. Siempre hemos tenido inquietud por el mundo educativo; me apasiona organizar actividades. Un congreso era algo que hacía falta en Ibiza y nos animamos a hacerlo, aunque parezca una locura. También descubres cuando viajas mucho, porque tienes que acudir a otros congresos que se organizan, que son experiencias muy bonitas y enriquecedoras, que hacen comunidad educativa porque, además, no hay distinción si eres de la pública, la concertada o la privada; esa experiencia es enriquecedora, hacía falta en Ibiza y nos hemos animado.

—¿Por qué el lema de ‘innovar, comunicar y emocionar'?
—Innovar es porque está en boca de todo el mundo. Parece que si no innovamos en los colegios estamos obsoletos. Supongo que hemos intentado reflexionar en lo más importante. Podemos hablar de robótica, de programación, metodología, de proyectos, ambientes, trabajo tradicional y al final hay una cosa en común, la figura del educador. Por encima de las metodologías y sistemas, lo que hacen que los colegios funcionen son los educadores y la parte más importante es la comunicación que tenemos con nuestros alumnos y lo que creamos de emociones. Parece que no tenemos permitido emocionarnos, que no está bien visto sentir públicamente, que cada uno se tiene que guardar sus sentimientos y creo que es algo que hay que poner en boca de todo el mundo. Muchos centros trabajamos en la educación emocional. La clave de la innovación es la figura del educador, lo que comunica y emociona a los alumnos, por encima de todo lo demás.

—¿Cómo se trabaja en el colegio la educación emocional?
—Trabajas el día a día, comunicarte, cuando hay un conflicto, hablarlo, ver qué sucede. Uno de nuestros colaboradores es el Ayuntamiento de Eivissa con el que trabajamos en el Plan Municipal de Drogas, prevenir, cómo trabajar las emociones y gestionarlas. Es primordial y en eso trabajamos.

—El I Congreso Educativo cuenta con la intervención de cuatro ponentes.
—Cuando surgió la idea de montar este evento pregunté lo que se solía hacer en estos casos. Normalmente, se buscaba un ponente o dos que fueran muy ‘top', que fueran el reclamo del cartel, y otros buenos también, pero no tan mediáticos para completar el cartel. Pero bueno, como somos de Ibiza y es la primera vez, pensé que teníamos que hacer algo diferente y después de la experiencia de traer a los tres Teacher Global Prize que vinieron en Can Ventosa seguimos en esa línea: traer a gente muy referente para que lo quisiéramos comunicar a Ibiza fuera muy significativo. Hay que reconocer que las figuras que traemos, David Bueno, María del Mar Romera, Manuel Velasco y Javier Cebreiros, son muy importantes en el mundo de la educación.

—¿Qué destacaría de ellos?
—Su calidad humana porque desde que el primer minuto que contactamos con ellos estuvieron predispuestos a ayudarnos. Eso te llama la atención porque cuando piensas en gente mediática, porque ya ha tenido tratos por otros eventos, hay una distancia entre la personalidad con la persona, pero con ellos ha sido todo muy cercano; son referentes educativos muy importantes pero en el trato son muy normales; no van de estrellas y eso facilita el trabajo en la organización. Además, los cuatro que queríamos traer dijeron que sí y cuadramos las fechas para que fuera posible su presencia en el congreso.

—¿Qué repercusión está teniendo el Congreso? ¿Cuántas inscripciones hay?
—El conseller d'Educació, Martí March, ha anunciado que presidirá la mesa inaugural. Está muy interesado en participar y se desplazará desde Mallorca. Habrá mucha representación de la comunidad educativa y tenemos cubiertas las 400 plazas que se han ofertado. Ha sido un éxito. Nuestras expectativas eran más pequeñas, pero está teniendo bastante repercusión y en Mallorca están hablando de nosotros. Está bien que se hable de que en Ibiza hacemos cosas educativas y tienen trascendencia.

—¿Qué puede aportar al mundo de la educación?
—Todos aportamos nuestro grano de arena. Hay muchos centros que lo hacen, pero pienso que la experiencia del congreso, de compartir la experiencia de gente que trabaja en educación emocional te aporta algo o para recordarte cosas que se te han olvidado. Puede ser muy positivo.

—Sa Real cumple 50 años de su nacimiento y ha sido un referente para muchas familias en Ibiza.
—Estudié en un colegio público de Ibiza pero siempre escuchaba que Sa Real era un referente. Tenía un prestigio, desde Infantil a Bachillerato da una continuidad educativa y eso mucha gente lo agradece. Con este aniversario se me han acercado muchas familias con antiguos alumnos del centro para agradecernos el trabajo que se ha hecho con la formación de sus hijos. No creo que sea mejor o peor que los demás centros de Ibiza; muchos están haciendo una gran labor, pero Sa Real tiene ese prestigio de hace muchos años y queremos trabajar en ello.

—Estudió en un colegio público y Sa Real es concertada. ¿Cómo se llevan las dos tipos de enseñanza en Ibiza?
—Entiendo que cada uno defiende su postura; quiere mejorar y tener los mejores recursos para ofrecer a sus alumnos. A veces, por interés político, se quiere hablar de educación y si hay conflicto entre la pública y la privada no se hablará de otros temas. Lo que hay que hacer es cambiar la mirada. Al final, lo que tenemos que hacer es no pelearnos por una parte del pastel sino mirar sus presupuestos, ver lo que invierten y que se aumenten. No puede ser que hablemos que los resultados académicos no son buenos pero resulta que las partidas presupuestarias son ridículas para lo que tendría que ser. Si queremos mejorar las ratios, la calidad de vida del profesor, hay que mejorar la inversión y no puede ser que le quite a uno para darle a otro, lo que se hace es confrontar y no es la solución para un buen funcionamiento porque lo que tenemos todos son alumnos, son niños y lo importante es que todos trabajamos con ellos, han de ser los primeros y tenemos que tratarlos a todos por igual.

—¿Cuál será el siguiente evento del 50 aniversario?
—Hace un par de semanas hicimos una peregrinación a Roma, lo siguiente serán unas jornadas deportivas y estamos preparando unas publicaciones sobre la historia del colegio y el Camino de Santiago para la Semana Santa. Para el tercer trimestre habrá alguna sorpresa más; estamos en ello.

—¿Habrá continuidad del congreso?
—Esta es la primera experiencia. La acogida de la gente ha sido muy buena. Se han apuntado docentes de todos los centros e incluso vienen de Mallorca. Hemos tenido mucha suerte y hay que agradecer a los patrocinadores, que se han volcado desde el primer minuto con la idea. Es muy fácil apostar por productos más comerciales y a veces la educación no vende tanto, hay que agradecerlo.

—Pero la educación es la semilla del futuro.
—Sí, pero a veces se nos olvida e invertimos en otros aspectos y más la fama que tenemos en el exterior de Ibiz parece que cuesta más hablar de algo educativo. Que la gente de fuera vea un cartel de un congreso educativo y que vamos a ser referentes en eso, no sólo la fiesta o el verano, sino que en Ibiza hay gente que apuesta por la educación, que la infancia es importante y que apostamos por eso, todos, tanto los públicos, concertados y privados. Somos muchos docentes y hacemos un gran trabajo para mejorar nuestros resultados y ofrecer lo mejor a los alumnos. Cada día te levantas con el ánimo de esforzarte y ofrecer lo mejor a los alumnos, algunos sólo piensan que tenemos vacaciones y vivimos bien pero no saben lo que hay detrás de la vida de un maestro, no son sólo las horas con tus alumnos sino preparándote y formándote, renunciando a parte de tu vida privada para hacerlo mejor. Esto es como pasa en todas las profesiones, que hay buenos y por desgracia otros no tanto pero no hay que meter en el saco a todo el mundo.

—Pero ser maestro ha de ser una profesión muy vocacional.
—Sí, tiene que serlo, a veces uno piensa que es el camino fácil o al principio lo coge con muchas ganas, pero es un trabajo que agota. En Ibiza, por las circunstancias laborales, pone complicada la educación y hay mucho abandono escolar. A los 16 años un chaval puede empezar a trabajar en temporada y en abril abandona los estudios, le ofrecen un trabajo bien remunerado. Además, cuesta mucho venir a trabajar a Ibiza y eso hace que se coja a gente muy joven, que gane dinero muy rápido a una edad muy temprana, pero eso no quiere decir que se mantenga en el tiempo. Para un chaval de 16 años ingresar 1.200 o 1.500 euros es un lujo y a veces se olvidan de la importancia de su formación. Es complicado luchar con eso y eso agota. Además, este mundo va cambiando y el alumnado te pide innovar, buscar herramientas nuevas porque hay cosas que no sirven. Ahora todo es muy audiovisual, nuevas tecnologías y cuesta adaptarse porque a veces sientes que los alumnos saben más que tú y hace que te puedas plantear tu vocación educativa pero no creo que haya mala praxis sino que las circunstancias cambian y veces nos pillan a todos en tiempos o compases diferentes.