El inicio de la reforma se ha centrado en la planta semisótano y en la cero donde está previsto la ubicación del centro de salud, uno de los proyectos de la primera fase. | Marcelo Sastre
El antiguo hospital Can Misses contempla que se habiliten dos quirófanos ante posibles casos de emergencia y que estén disponibles en el caso de que ocurran episodios como el del verano pasado en el que se cerró el bloque quirúrgico del nuevo hospital Can Misses por la aparición de moscas, lo que supuso el traslado de pacientes a Palma. «Hay un planteamiento de reformar dos quirófanos para que si hubiera algún tipo de contingencia en el edificio nuevo podamos contar con dos quirófanos accesorios para no tener que interrumpir ningún tipo de intervención», explicó ayer la directora gerente del Área de Salud, Carmen Santos. Esta actuación se realiza en paralelo a la reforma del edificio J, que ha empezado las obras de la primera fase de la reforma. «Es un proyecto aparte de la reforma. Se podría ejecutar entre las fases y no se descarta que se haga antes», añadió.
Una vez vaciadas las dependencias que se han de reformar de material antiguo e inservible han empezado los trabajos de obra con la demolición de falso techo en el semisótano, antiguo gimnasio, y el sellado de las instalaciones de la planta cero para separarlo de la zona de actividad que sigue en el viejo Can Misses y «evitar que haya interferencia con la actividad diaria», precisó Santos.
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Desde el sindicato médico insistimos y persistimos durante el último cierre por insectos en que la rehabilitación de parte de los antiguos quirófanos era una medida fácil y sensata para afrontar posibles cierres en el futuro. Finalmente ha primado el sentido común y el Ibsalut ha incluido esta medida en el proyecto de reforma del antiguo hospital.