Así lo confirmó ayer Joan Gual de Torrella, presidente de la Autoritat Portuària de Balears (APB) tras la reunión que mantuvo con Rafa Ruiz, alcalde de Vila, Alfonso Rojo, presidente de Pimeef, y Ramón Díaz, presidente de la Asociación de Náutica.
El acuerdo alcanzado responde, así, a una demanda histórica por parte de la sección náutica de la Pimeef -que lleva 25 años reclamando más espacio para las embarcaciones chárter- y, además, prevé destinar un espacio mayor para un varadero que permita dar una oferta más competitiva. «Hay residentes a los que no les compensa comprar una embarcación por los altos precios de los amarres, además del mantenimiento que conlleva. Por ello, el chárter es la solución», subrayó Gual de Torrella, quien añadió que el problema de espacio lo sufren todos los puertos de Balears debido al «desequilibrio» entre la oferta y la demanda. Aún así, matizó que la falta de espacio es más notable en la isla de Ibiza.
Por su parte, el alcalde de Vila destacó la «delicada» situación que vive este sector en Ibiza y recalcó que su mayor «hándicap» es la diferencia de precios respecto a los puertos de la península. «Las tarifas son elevadas, por eso tenemos muchos barcos descontrolados que, además, atracan en las praderas de posidonia». De hecho, el presidente de la Asociación de Náutica puntualizó que la diferencia de precio entre la Pitiusa mayor y la península fácilmente ronda el 700 %.
En este sentido, reconoció que el pasado año ya notaron que una parte «importante» de sus clientes que hacían mantenimiento en Ibiza, se fueron a Denia o Castellón porque el precio del amarre es inferior. «Nos preocupa poder morir de éxito como ha pasado en Puerto Banús», lamentó.
Díaz calcula que en Ibiza hay 150 empresas dedicadas al chárter que dan trabajo a 1.200 trabajadores durante todo el año; una actividad empresarial que, dijo, genera una facturación que ronda los 20 millones de euros.
Sin embargo, el alto precio del amarre y la falta de espacio les resta competitividad. «A día de hoy se puede alquilar una embarcación por 250 euros para pasar el día y queeremos dar la posibilidad de que una barca la puedan usar diferentes propietarios», apuntó.
Clase media trabajadora
De momento, el acuerdo no se materializará en menos de tres años. Según indicó el presidente de la APB, primero habrá que trasladar las barcas de Formentera a la nueva ubicación y aprobar el Plan de Delimitación de Usos del Puerto de Ibiza, dependiente del Ministerio de Fomento. «Son trámites administrativos muy lentos, pero lo importante es tener claro el diagnóstico y la solución», recalcó.
Para Ruiz, la solución pasa por diseñar un puerto que sea «accesible» para el ciudadano. «El puerto está en plena transformación y esperamos que ese espacio no tenga un futuro de ‘megayates', los cuales respetamos, pero en los que no creemos», reiteró.
A su juicio, se ha extendido la visión de que el sector náutico solo es accesible a la «élite», pero «tiene que haber cabida para la población de Ibiza de clase media trabajadora que tiene un pequeño barco, pero no sitio para dejarlo». Por este motivo, insistió en que desde el Consistorio están «apretando» para conseguir un precio razonable en el pliego de condiciones.
Por su parte, el presidente de la Pimeef agradeció la predisposición de la APB y Vila para atender esta demanda histórica, pero dijo que aún quedan propuestas en el tintero «de cómo nos gustaría que fuese el puerto».
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