Lo acogió como un amigo en su casa y la historia ha acabado en los tribunales tras un episodio que casi le cuesta la vida. El Ministerio Fiscal acusa al denunciado de un delito de apropiación indebida, pero la acusación particular va más allá y aprecia un intento de homicidio y coacciones.
«Alejandro iba a por mi dinero y casi me mata con algún veneno o droga en la comida. Yo estaba sano y casi no recuerdo nada de lo que pasó en Ibiza, pero no firmé ningún poder». Así se manifestaba ayer un septuagenario vecino de un pueblo de Murcia que a mediados de 2016 sufrió una experiencia que estuvo a un paso de acabar de forma trágica».
«Le alojé en mi casa porque sus padres le habían dejado en la calle tras un episodio violento (...) Desde Murcia nos vinimos a Ibiza y una vez aquí empezó a hacerme trastadas. Yo nunca le di el mandato de sacar 19.500 euros: me los robó», así de contundente se mostraba ayer durante su declaración por videoconferencia ante un tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial, desplazada a Ibiza.
Relató que Alejandro le intentó sacar un depósito de la pensión de su trabajo en un hospital de Suiza, un depósito en el que había 59.675 francos suizos. «Él conocía de la existencia de este dinero porque registraba todas mis cosas», añadió.
«Desde que regresé a Murcia estoy mucho mejor y nunca he vuelto a tener dos crisis como las que tuve en Ibiza y que estuvieron a punto de costarme la vida», recalcó.
Intentó desintubarlo
La hermana del denunciante y el letrado de la acusación particular, Lorenzo Peñas, aportaron más datos y argumentaron los hechos que darían pie a que el caso se trate como un homicidio en grado de tentativa.
Así, el letrado y la hermana del denunciante indicaron que la víctima confiaba en la amistad del acusado, que decía ser curandero. «Decía que le daba unas vitaminas para mejorar su salud, pero seguro que era alguna sustancia mala», declaró la hermana ante el tribunal.
Por su parte, Lorenzo Peñas recordó que el acusado ya fue condenado a un año y medio por un «episodio muy violento en el ámbito familiar contra su madre». Fue tras este episodio cuando la víctima le acogió en su casa.
Añadió que la víctima sufrió dos crisis que obligaron a su hospitalización en Can Misses, ingresos que el acusado aprovechó para realizar los trámites de la transferencia de 19.500 euros.
Asimismo, indicó que en una de las hospitalizaciones, Alejandro se personó en el hospital y fue cazado por una enfermera tratando de desintubar a la víctima. «Lo vieron a tiempo por las cámaras y lograron pararlo. Él dijo que los médicos no sabían qué hacían y que tenía poderes sanadores».
Además de los 19.500 euros, el acusado le habría sustraído otros 3.000 euros a través de un cajero.
La hermana del denunciante explicó que ellos se dieron cuenta de los hechos al preguntar en el banco del pueblo de Murcia donde la víctima tenía sus ahorros. «Mi hermano tenía unos buenos ahorros y una buena pensión y nos extrañó que pidiese un préstamo de 30.000 euros desde Ibiza», concluyó.
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