Imagen de archivo de la antesala del juzgado de Violencia sobre la Mujer de Ibiza. | Daniel Espinosa

La defensa de Christian J.C.M., expareja de Sara Calleja, ha presentado un escrito de defensa en el que solicita la libre absolución de su representado ya que, según argumenta, el acusado «en ningún momento ha incurrido en los delitos que le acusa el Ministerio Fiscal», que le imputa sendos delitos de maltrato psíquico, coacciones y quebrantamiento de condena.

El acusado, que reside en Bélgica, se enfrenta a una petición fiscal de siete años de prisión: tres por por un delito de maltrato psíquico; otros tantos por un delito de coacciones y doce meses más por quebrantamiento de condena respecto a su expareja Sara Calleja, la mujer que en julio de 2015 se quitó la vida en Ibiza. La acusación particular eleva la petición de pena hasta los 18 años.

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Según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, el acusado y Sara Calleja mantuvieron una relación durante tres años y dos meses, una relación que la víctima dio por terminada el 19 de septiembre de 2013. En el escrito se indica que el encausado «en ningún momento aceptó la ruptura, y no obstante haberle manifestado (Sara) su persistente voluntad de no querer mantener ningún contacto con él, éste insistía continuamente en que volvieran a ser pareja o hablar o verse, realizando numerosas llamadas telefónicas al teléfono móvil y fijo de Sara».

En el escrito elevado por la defensa se rechazan estas acusaciones y sustenta que en las fechas en las que las acusaciones sitúan los hechos, «la relación estaba completamente rota y era inexistente». Subrayan que el encausado «se había trasladado a Bélgica el 18 de diciembre de 2014 para huir de una relacióin tóxica que le había llevado a la cárcel en León como consecuencia de las docenas de denuncias interpuestas por Sara, algunas de ellas por hechos que era imposible que hubiese protagonizado Christian». Asimismo, el encausado mantiene que «nunca jamás envió» a Calleja las comunicaciones que se le atribuyen. La defensa también niega las acusaciones de lesiones psíquicas y añade que ambos fueron «víctimas del mal funcionamiento del sistema» judicial.