EIVISSA. JUZGADOS. Imagen de archivo de la antesala del juzgado de Violencia sobre la Mujer de Ibiza. | Daniel Espinosa

Tres años de prisión por un delito de maltrato psíquico, otros tantos por un delito de coacciones y doce meses más por quebrantamiento de condena. En total: siete años de prisión y otros tantos de privación del derecho a la tenencia y porte de armas. Es la petición fiscal para Christian Joachim C.M., expareja de Sara Calleja, la mujer que en julio de 2015 se quitó la vida en Ibiza.

Un tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial se desplazará el próximo viernes a Ibiza para la celebración de la vista previa. La Fiscalía también solicita para el acusado una indemnización 60.000 euros para los dos hijos de Sara Calleja en concepto de daños morales y perjuicios.

C.J.C.M, que reside en Bélgica, está en libertad pero ya fue condenado por sentencia firme de un juzgado de León como autor de un delito de amenazas en el ámbito familiar a la pena de 9 meses de prisión y a la prohibición de cualquier tipo de comunicación con la víctima durante un periodo de cinco años, condena que quebrantó y por la que ahora se le juzga en Ibiza.

Según el relato de los hechos, el acusado y Sara Calleja mantuvieron una relación durante tres años y dos meses, una relación que la víctima dio por terminada el 19 de septiembre de 2013.

En el escrito de acusación se indica que el encausado “en ningún momento aceptó la ruptura, y no obstante haberle manifestado (Sara) su persistente voluntad de no querer mantener ningún contacto con él, éste insistía continuamente en que volvieran a ser pareja o hablar o verses, realizando numerosas llamadas telefónicas al teléfono móvil y fijo de Sara”. Añade que el acusado también le remitió “cientos de mensajes y correos electrónicos con expresiones despreciativas e intimidatorias, coartando y perturbando la tranquilidad y normal desarrollo de la vida de Sara, desde la ruptura de la relación y hasta marzo de 2014, hechos por los que ha sido juzgado y condenado en León”.

El caso de Sara Calleja ha estado marcado por los errores en la investigación de las denuncias en los juzgados, algunas de las cuales no llegaron a tramitarse.