Se trata de una tradición estadounidense que, con el paso de los años, se ha exportado al resto del mundo y que consiste en lanzar grandes descuentos que no siempre son lo que parecen. De hecho, ayer muchas tiendas mostraban carteles que anunciaban rebajas desde el 15% y hasta el 50% en algunos artículos. «Compramos por impulso, no porque lo necesitemos. Vemos que un pantalón que costaba 59,90 euros ahora está en 29,90 y lo llevamos a caja sin pensar, cuando muchas veces han modificado el precio inicial o es una prenda de hace tres temporadas», dijo Marta ayer a la salida de una tienda de ropa.
Y es que, la gran mayoría de tiendas, no rebajan el precio de sus artículos de nueva temporada o, si lo hacen, el descuento es mínimo. Sin embargo, sí que hubo quien aprovechó para comprar esas cosas para las que nunca se encuentra el momento oportuno de hacerlo. «A mi hijo le hacían falta cosas básicas como camisetas, calcetines... esas cosas para las que un día como hoy es bueno. También he aprovechado para comprar unos utensilios de cocina y una colonia, que no es que tuvieran un descuento enorme, pero me servía», contó Juan Carlos.
Por un motivo o por otro, las calles de Ibiza fueron ayer un hervidero de gente, sobretodo la avenida Ignasi Wallis donde se concentran las grandes franquicias. En el otro extremo, en la zona del puerto y de Vara de Rey, la situación fue diferente: las calles estaban vacías a pesar de prolongar los descuentos durante más días. Y es que cada tienda fija los días de promoción; hay quienes han decidido hacer el Black Friday solo el viernes y quienes han optado por alargarlo varios días e incluso toda la semana.
«Tenemos un 30% en ropa, porque en gafas y perfumería es menos, pero lo tenemos desde hace una semana», dijeron en la tienda Noss donde reconocieron que «ponemos los descuentos antes porque noviembre es muy flojito». Tanto que ni siquiera notan mejoría con este tipo de promociones. «En esta zona (refiriéndose a la de la Marina) está todo cerrado y no viene la gente», dijeron.
A escasos metros, la tienda Héctor ofrecía un 50% de descuento en todos sus productos, excepto en pitón por escasez de material. «A nosotros no nos hacen daño las ventas de las grandes cadenas porque tenemos un producto bastante particular, pero si tuviéramos competencia directa sí», explicaron.
Por su parte, la tienda Sonrisas admitió la dificultad de vender en una zona por la que apenas transita gente. «Tenemos un 40% de descuento en ropa y un 60% en joyería, pero nada», reconocieron.
De nuevo, vuelven a ganar las franquicias y las compras por internet. «Tenía un montón de artículos en la cesta de la tienda y ayer cuando empezaron los descuentos los compré. Estaba todo menos un par de cosas que se habían agotado y he venido a buscar físicamente», contó Adriana quien no dudó en decir que «es más cómodo hacerlo así porque te evitas las colas en los probadores y en la caja y, además, tienes un mes para devolverlo».
1 comentario
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los periodista deberían hacer un uso correcto de las palabras que utilizan. Cuando la autora del artículo habla de "franquicias" realmente se refiere a "grandes establecimientos comerciales" según la ley de baleares o "redes de tiendas propias" como lo definen en sus propias web estas cadenas. Prácticamente no quedan franquicias de moda en Ibiza.