El departamento de Medi Ambient del Govern balear explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que Abaqua está a la espera de recibir unas bridas especiales (elemento que une dos componentes de un sistema de tuberías) que se habían pedido a dos empresas de la Península para reparar la tubería averiada en la rotonda que da acceso al puerto y que desencadenó los vertidos de fecales en el puerto de Ibiza, procedentes directamente de la depuradora de Vila. Asimismo, fuentes del departamento de Medi Ambient del Govern explicaron que «los camiones continúan bombeando al puerto y a la red como medida de seguridad para evitar que los sólidos lleguen al mar». Y añadieron que «continúan las tareas de reparación de la tubería». Desde Medi Ambient lamentaron «los inconvenientes causados por lo ocurrido» y explicaron que «se desconocen las causas de la avería». Pese a los trabajos que se están realizando desde Abaqua, continúa la indignación de vecinos, comerciantes y usuarios de la Marina deportiva Ibiza Magna, después de que las fuertes lluvias de finales de la semana pasada produjeran una avería en una de las tuberías que llega hasta la depuradora de Vila y que ha provocado el vertido de residuos fecales. Estos residuos desprenden un olor muy desagradable en toda la zona, dependiendo del momento del día y de otros factores como la orientación del viento, pero que se percibe desde la Estación Marítima hasta las terrazas de los bares y restaurantes de primera línea del puerto. La Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua) contrató el pasado lunes una embarcación de la empresa Servisub para que se hiciera cargo de la limpieza del vertido. Entre las 16.30 y las 18.30 horas del pasado lunes, la empresa colocó cinco barreras de contención con el objetivo de que absorbieran los vertidos que se estaban produciendo. Paralelamente, se empezó a excavar cerca de la rotonda de acceso al puerto para buscar y arreglar la tubería que había sufrido la rotura. Las primeras quejas de vecinos y comerciantes llegaron un día después del vertido debido a los fuertes y malos olores de la zona y piden más camiones de limpieza para sacar la porquería ya que «las barreras de contención no sirven de nada porque son para absorber sobre todo aceite y gasolina, pero la porquería va por debajo». Montse García, concejala de Medi Ambient de Vila, explicó que «Abaqua nos está informando al minuto de los trabajos que se están realizando. Ya tienen todo el material y estamos pendientes de que se solucione pronto». La concejala lamentó lo sucedido ya que lo ocurrido, a estas alturas del año, «no nos hace ninguna gracia. Hemos estado encima de esta avería desde el primer momento, fuimos nosotros quienes la vimos y avisamos de lo que ocurría y también pedimos que pusieran los camiones para hacer los bombeos para que llegue la menor cantidad posible de porquería al mar», se justificó y pidió a Abaqua que arreglara la rotura de la tubería cuanto antes para que los vertidos cesaran. En cuanto a las ratas que han aparecido ahogadas por la ciudad después de las fuertes lluvias que se registraron el viernes y sábado pasado, García aseguró que el Ayuntamiento tiene «un control de plagas que está funcionando muy bien pero está claro que, a veces, cuando la isla se llena de agua, las ratas se ahogan y salen y es algo que el Ayuntamiento realmente no puede evitar». Según datos aportados por la concejala, cayeron 45 litros por metro cuadrado en media hora, por lo que «creo que las alcantarillas de la ciudad funcionaron bastante bien. En tres cuartos de hora ya se podía caminar sin problemas por la ciudad, sin que estuviera todo inundado». Según la concejala, las pequeñas mejoras en saneamiento que ha hecho el Consistorio en los últimos años ha mejorado la infraestructura de Vila para hacer frente a este tipo de lluvias torrenciales, algo que no comparten en todos los barrios de la ciudad, como el caso de Es Pratet, donde desde la Asociación de Vecinos explicaron que el diseño de las infraestructuras del barrio, sin salida para las grandes cantidades de agua que caen, inunda locales, tiendas, establecimientos y carreteras cuando cae mucha agua. Mientras que durante la tarde del lunes el vertido causó sorpresa entre los turistas, que preguntaban por lo que estaba ocurriendo, durante los últimos días las quejas han ido en aumento, tanto a los trabajadores de los ferris que navegan hacia distintos puntos de la isla y Formentera, como a los trabajadores de los bares y restaurantes del puerto. Por su parte, algunos usuarios de Ibiza Magna denunciaron el «olor insoportable que les llega», y explican que tienen fotografías y vídeos de la porquería que llega, con ratas incluidas, que se habrían ahogado entre el hedor. «Pese a que tengo las ventanas cerradas por la noche me cuesta conciliar el sueño. Durante el día no se nota tanto pero por las noches la peste es horrible», explica uno de los vecinos afectados por el olor de los vertidos y que prefiere mantener su anonimato. Y añade otra vecina que le acompaña: «No pagamos la cantidad de impuestos que pagamos como para que las administraciones no se hagan responsables de los problemas que nos afectan». Sara Villanueva, encargada de los restaurantes Mar y Sol y Mariner, aseguro que por las mañanas «no se nota tanto» el olor y que, en este sentido, tampoco recibe quejas de vecinos, clientes y turistas, algo que cambia por la noche. «Ahí sí que es insoportable el olor que llega». Villanueva aclara que no recibe quejas de clientes pero que «sí nos preguntan por qué huele tan mal. Y tenemos que darles explicarles que esto es un hecho puntual, que no siempre huele así, pero claro, a la gente le molesta». Villanueva matiza que las preguntas no son frecuentes ni recurrentes, pero que las ha habido y que molestan sobre todo a los clientes que vienen a cenar. «Creo que la gente entiende que estamos al lado del mar y estas cosas pueden pasar. Solo esperamos que los olores no se mantengan en el tiempo y se puedan solucionar rápidamente», afirma Villanueva. Joaquín Manuel Senén, presidente de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Puerto de Ibiza, mostró su preocupación el pasado miércoles a este periódico, debido a que la temporada turística «está siendo regular» y unos vertidos fecales en el puerto «no ayudan», y menos si se aglomeran turistas en los alrededores preguntando por lo que pasa o «llevándose las manos a la nariz», como ha sucedido durante los últimos días, según explicó una de las trabajadoras del puerto. No es la primera vez que el puerto de Ibiza padece las consecuencias de vertidos fecales que también se produjeron en los locales y bajos de la zona durante las fuertes tormentas de 2015. Tras esto empezaron las obras para reabrir los tres aliviaderos del puerto de Vila, que se anularon con las obras de remodelación de la fachada marítima y que, tras las tormentas de 2015, se volvieron a reabrir.