En total se recogieron muestras de agua y de tierra en seis perforadas distribuidas en los terrenos de seis fincas colindantes.
Un biólogo se encargó de recoger las muestras con guantes quirúrgicos y recipientes esterilizados de dos litros. Los recipientes se llenan hasta que desbordan, se cierran para que no cojan aire y se envuelven en un material opaco para que no reciban la luz solar y así evitar que las muestras se contaminaran en el proceso.
Las tareas fueron comprobadas por la notaria Berta María Gollonet, de Sant Jordi, que será la encargada de garantizar en todo momento la cadena de custodia, dado que será ella misma la que las guarde y las traslade.
Las muestras se enviarán mañana a los laboratorios donde se les hará un cultivo bacteriológico de aguas fecales para determinar el grado de contaminación que existe tanto en los terrenos como en el agua.
Con ello se quiere determinar si existe contaminación por aguas fecales, y si es así, el alcance de daños que han provocado estos vertidos. Los resultados serán clave para hacer una valoración económica de los daños.
«Son unas pruebas decisivas», indicaba la abogada Paula Sánchez, del despacho Manuel Alcaide Juan, encargado de llevar el caso. La letrada estuvo presente durante el procedimiento. El objetivo de tomar estas garantías era, según la propia abogada, que se realizara «de la forma más rigurosa posible».
Sánchez ya adelantó que los propietarios afectados habían decidido interponer una denuncia por la vía penal por un «posible delito contra los recursos naturales y medioambientales». Si bien el objetivo no es que haya sanciones, sino que se corrija el problema existente. Es por ello que más adelante la intención es ir por la vía administrativa.
Los propietarios de las fincas indicaban hace pocos días que se habían perdido cinco toneladas de cultivos, pero la abogada recordaba que para determinar el alcance de los daños «a fecha de hoy no es posible», dado que se puede saber qué se ha perdido estos días, pero no lo que se perderá de aquello que está sembrado y todavía no se ha recogido. Además, si las aguas y las tierras siguen contaminadas.
Deogracia Lara, principal afectado, mostraba ayer un vertido que no se había encontrado hasta ahora. Una superficie seca de color grisáceo se adhería a la tierra en un radio de varios metros. En las partes más alejadas era de apenas un dedo, mientras que en el punto de la salida alcanzaba más de medio palmo. Se trataba de los residuos sólidos del agua que el pasado viernes inundó y se filtró en sus tierras.
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