Estos están relacionados con la negligencia en el ejercicio de uso y conservación de la obra pública; con el hecho de no respetar los parámetros de calidad y de seguridad; un tercer expediente se ha abierto por no garantizar la adecuación de las instalaciones; otro por la obstrucción de las tareas de inspección o desobediencia a las órdenes y el último se refiere al resarcimiento de los daños y perjuicios en relación al coste extra que supone derivar a otros hospitales la actividad quirúrgica.
Por otra parte, Gómez dijo que se ha contratado a la empresa pública Tragsa para hacer una auditoría de todo el edificio del hospital. Así, se analizarán las anomalías de la zona quirúrgica, se comprobarán las reparaciones que se han hecho y se estudiará la ejecución de la obra para ver si coincide con lo pactado en su día en el proyecto.
En esta línea, la consellera de Salut no pudo especificar el tiempo que tardará en resolverse la auditoría ni el coste que supondrá.
Responsabilidades políticas
Sin asumir ninguna responsabilidad y dejando claro que los quirófanos no se han abierto hasta que han cumplido con todas las medidas de seguridad necesarias, Gómez recordó que la construcción del hospital se adjudicó en 2010 por un importe de 593,6 millones de euros más IVA con un contrato a 30 años.
Del total, 80 millones se destinaron a la obra y la cantidad restante, según explicó la consellera, fueron para la gestión de los distintos servicios, reposición y gastos financieros para ese período de 30 años.
Gómez dejó caer que, aunque la obra empezó en abril de 2010 no finalizó hasta octubre de 2013, iniciando su actividad en marzo de 2015, época en la que gobernaba el Partido Popular.
Por ello, matizó que durante la anterior legislatura, los populares aprobaron una modificación del contrato de concesión en el que se pasaba de 593,6 millones a 560,2 millones de euros más IVA; esto supuso una reducción del importe de 33 millones, lo que Gómez relacionó con la «crisis económica».
A estos 33 millones de recorte se sumó la oficina técnica de la gestión del proyecto que «no se ha puesto nunca en marcha», detalló la consellera de Salut. Esta era, en principio, la encargada de hacer el «seguimiento» de las obras y de los acabados y por la que se recortaron 7,1 millones de euros.
También se eliminaron 5,3 millones de euros que se iban a destinar a diferentes obras entre las que destacaban ventanas, balcones, revestimientos, aparcamiento subterráneo y climatización.
Recobrar la normalidad
Seis de los ocho quirófanos reanudaron su actividad el miércoles y, desde ese día, Can Misses asumió toda la actividad urgente y que estaba programada como preferente. Así, en solo tres días el área quirúrgica ha realizado 25 intervenciones y una sedación pediátrica, además de proceder a realizar primeras y segundas consultas.
Para la semana que viene se han programado 100 intervenciones quirúrgicas de 137 pacientes a los que se les había desprogramado; 18 de ellas se harán en jornada extraordinaria de tarde. En esta línea, Carmen Santos, gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, recordó que esto es posible «gracias» a la colaboración de los profesionales sanitarios.
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