El proyecto Madre Teresa y Raquel está formado por más de una decena de voluntarios de la diócesis de Ibiza. | Daniel Espinosa

El Obispado de Ibiza ha creado el proyecto Madre Teresa, un nuevo servicio de ayuda a mujeres embarazas en la isla. La propuesta surgió «de la necesidad de acompañar a las mujeres que tienen un embarazo imprevisto y no quieren abortar, facilitándoles recursos económicos y materiales», explicó Sonia Ruiz, delegada de familia del Obispado de Ibiza.

Con esta iniciativa, la iglesia diocesana no pretende «juzgar» a aquellos que están a favor del aborto, pues «muchas veces ésta es la única solución disponible», declaró David Roa, uno de los voluntarios de este proyecto. Así, desde el proyecto Madre Teresa se ofrece ayuda a «toda mujer que lo pida, independientemente de su fe, religión y creencias», matizó.

El proyecto

El proyecto debe su nombre a la Madre Teresa de Calcuta, «que en todo momento defendió a la mujer, a la vida, la dignidad del ser humano y también de los niños que están por nacer», detalló Roa. Para cumplir con su labor, el Obispado cuenta con la colaboración de Cáritas, que les provee de material necesario para el cuidado de un bebé. Asimismo, Caritas también actúa como intermediario con los voluntarios del proyecto Madre Teresa, de hecho, según la delegada de familia, «las dos primeras mujeres que hemos atendido nos han conocido a través de ellos».

La comunidad de las Islas Baleares tiene la tasa de interrupción del embarazo más alta de España, con una media de 13 por cada mil habitantes. En las Pitiusas, esta práctica estuvo cerca de superar los 500 en 2017. La problemática situación de la vivienda, los salarios y la falta de apoyo, en el entorno familiar y social, son para la psicóloga Cristina Sebastià, «factores clave para que las mujeres opten por el aborto como solución».

Sin embargo, lo que muchos desconocen es que «tras esta decisión a la desesperada, la tendencia es huir de los sentimientos y poner parches para olvidar lo sucedido», concretó la psicóloga. Esto no sólo lo hacen las mujeres que se someten a la interrupción del embarazo, también sus parejas y familiares.

Es aquí donde entra en juego el papel el proyecto Raquel creado por la Asociación Spei Mater y que el Obispado de Ibiza decidió traer a la isla en mayo del año pasado. Un conjunto de consejeros, sacerdotes y, en este caso, una psicóloga «atienden de forma individualizada a personas que han tenido que pasar por la experiencia de un aborto provocado», dijo Sonia Ruiz.

Para la delegada es importante tener en cuenta que «hay estudios que han demostrado la existencia del Síndrome Post Aborto, el cuál puede ser un detonante para desarrollar conductas violentas o problemas psicológicos». Por este motivo, el Obispado ha llevado este proyecto al Centro Penitenciario de Ibiza «como método de reinserción para aquellos internos que hayan pasado por estas experiencias y deseen recibir nuestra asistencia», expuso Marta Cabrera, una de las consejeras del proyecto Raquel. Su tarea y la del resto de consejeros es guiar a los afectados por un proceso «muy doloroso», para «reconciliarse con uno mismo y liberarse del sentimiento de culpa», concluyó Cabrera.

La Conferencia Episcopal Española ha escogido hoy día 9 de abril como el día para celebrar las Jornadas por la vida de 2018.

Para esta ocasión se han organizado diferentes actos a nivel nacional bajo el lema Educar para acoger el don de la vida.

Por su parte, el Obispado de Ibiza celebrará estas jornadas el sábado 14. Para este día ha organizado un encuentro en la Parroquia de Puig d'en Valls para «comenzar en grupo una peregrinación hasta la Parroquia de Jesús a favor de la vida», explicó Sonia Ruiz, delegada de Familia. Una vez allí, dará comienzo una misa solemne por la vida.