«Nunca he visto este viento trabajando aquí» expresaba Axel, que vende esponjas del mar Egeo y aloe vera de Ibiza . Un grupo de chicas llegadas desde Madrid y recomendadas por una amiga, jubilados y jubiladas del imserso a primera hora de la mañana, son algunos ejemplos del público interesado en pasarse por Las Dalias esta Semana Santa. Tanto turista como local, se acercaban ayer al mercadillo de Sant Carles para descubrir el nuevo género traído desde todos los puntos del globo. «Habrá que ver el domingo pero estos días ha sido más bien flojo» lamentaba Delphina, que regenta el puesto de plumas, «parece que la gente no está acostumbrada al mercado los días que no son sábado». En cuestión de ventas, «no corresponde que haya mucha gente con el hecho de que se venda más», explicaba Diana del puesto de amigurumis, la moda de muñecos tejidos a croché o ganchillo de tradición japonesa, en relación a que pese a ver menos público, compraban más. Con respecto a novedades, Las Dalias ha apostado por la calidad con varios puestos como el de Oti y Renata, que diseñan una particular línea de joyería y escultura de cobre y rodio. Una de las triunfadoras esta semana han sido las kurtas, camisas blancas hindúes, «se venden bien, aunque no termina de arrancar la temporada», argumentaba Mantra, mostrando sus prendas.
Si por algo es célebre el mercadillo de las Dalias, además de por su ubicación y buen ambiente, es por la variedad de productos diseminados a lo largo del laberíntico espacio. Los más de 200 artesanos que comenzaban esta semana la temporada, lo hacían con el entusiasmo renovado. Así lo demostraba Laurent, que lleva ya dos décadas vendiendo camisetas ilustradas y ofreciendo música y jamás ha perdido el optimismo y la ilusión por volver al emblemático mercadillo, «vendamos 50 o 500, lo hacemos encantados y llenos de positividad». Renovados también dan la bienvenida a la primavera los organizadores de Las Dalias, que para incorporar los nuevos puestos han contado con los habituales criterios de selección «basados en la calidad, originalidad y en el trabajo hecho a mano». El género habitual tampoco podía faltar y, de hecho, sigue siendo un reclamo para turistas, como el producto local, la artesanía o el blanco más puro, en el popurrí de colores que es Las Dalias.
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