Los obreros trabajan, desde enero, en una escalera que atraviesa la montaña en el barrio de Cas Mut. | Daniel Espinosa

La escalera que se está construyendo en el barrio de Cas Mut supone un «importante» impacto paisajístico y ambiental. Así lo calificó Joan Carles Palerm, presidente del GEN-GOB, quien explicó que se trata de una obra acometida en suelo urbano que «arrastramos desde finales de los 80».

«Evidentemente impacta mucho la escalera, pero forma parte del plan parcial legal de lo que vendrá: una superficie plagada de chalets o edificios», añadió. En este sentido, recordó que hay planteamientos que se hicieron hace «muchos» años y que «no se acaban de retocar o reformar»; hecho que consideró necesario al corroborar que el impacto visual «no merece la pena».

Ante una situación que no tiene marcha atrás, desde el GEN pidieron al Ayuntamiento de Eivissa que se asegurara de cumplir con la normativa. «El problema es que en suelo urbano el desarrollo urbanístico de las obras es previo a la construcción y es obligatorio colocar carreteras, el alumbrado, alcantarillado, etc». Así, matizó que en caso de que el propietario de la parcela quiera «aprovechar» sus derechos, «será todavía peor».

Por su parte, desde el grupo municipal popular del Ayuntamiento dijeron estar «bastante» de acuerdo con el equipo de gobierno a la hora de ser «prudentes». Y es que el Consistorio ya pidió a los propietarios que minimizasen el impacto de la escalera.

«El tema de la escalera de Cas Mut pertenece a un plan parcial del Polígono 32 del año 1978 y es una parcela privada», reiteró Virginia Marí, concejala del Partido Popular en Vila. «Creemos que hay que ser prudentes a la hora de evaluar lo que hay que hacer y es necesario hablar con los propietarios para que el impacto visual sea el mínimo posible, que no es lo que se está haciendo ahora», añadió.

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Por ello, los populares piden al actual equipo de gobierno que luchen para que el impacto ambiental que provoca esta escalera de grandes dimensiones no sea «tan grande».

Esta urbanización situada al final de la calle Fruitera, entre los municipios de Vila y Sant Josep, «se lleva desarrollando desde hace más de un año y cuenta con todos los permisos necesarios». Así lo explicó el Ayuntamiento quien incidió en la importancia de recordar que se trata de un desarrollo urbanístico «privado».

EL APUNTE

Vecinos de la zona muestran su oposición a la escalera

La construcción de esta escalera que enlaza los tres miradores con vistas a Vila ha generado rechazo por parte de los vecinos del barrio que la tildan de «aberración». Así, critican que no frenen su construcción y sin embargo no den licencias para construir casas payesas.